viernes, 7 de agosto de 2015

Capítulo 34

¿Dónde se podía comprar la mejor ropa americana en Inglaterra?

No, nunca voy a olvidar aquel verano del 65 y aquella tienda en Richmond llamda The Ivy Shop. El nombre estaba tomado de aquellos uniformes escolares que después serían copiados por todas las firmas de ropa británica, Ben Sherman incluida.

Durante aquel verano, modernistas de todo el país pasaron por la tienda y allí estaban John, Pete y todos los demás. Éramos como una especie de familia con todo lo bueno y todo lo malo.

Aquel verano estábamos todos tan elegantes en nuestro estilo veraniego que dábamos envidia hasta a los seguidores de los clubs de fútbol que nos encontrábamos en el 140 de Ruislip. Sí, los que no teníamos moto teníamos que tomar el autobús número 140 que te dejaba en la esquina cercana al Lido.

Por lo menos, no teníamos que llevar cargando la parka en aquellos días de calor y placer. Era parte del secreto que muchos no sabían. Tomábamos algo de algún uniforme y así, ya lo hacíamos nuestro. Loafers, Wingtips, Mohairs, Sta-Prest, Harringtons... ya nuestros para siempre.

Ahora solo hay burdas imitaciones, como las de los Brook Brothers, y echo de menos aquellos días del verano, tomando el sol en la Lambretta de Steve y con la típica discusión entre nosotros: La única preocupación de aquellos días era opinar si vestía mejor Ronnie Lane o Steve Marriott. Realmente, eran los días en que ni el Rod The Mod era uno de nosotros.

Si entrabas en la tienda, ya sabías que ibas a ser único. De eso se ocupaban John y Jeff, así que yo miraba todo con los ojos abiertos como platos y pensando en guardar parte de el sueldo mensual. Adoraba esos instantes de la mañana después de tomar el café en el L'Auberge y abrir la tienda, aquel fantástico olor de la ropa... Sí, aún lo recuerdo.

Empezaban a sonar discos de Tubby Kayes y grabaciones de Ronnie Scott, y el día se hacía más corto, deslizándose suavemente pero lleno de conversaciones y sonidos. Todo era tan intenso.

Por la noche, estrenábamos algo en el Florida, o en el Flamingo por supuesto! Pero si te digo la verdad yo prefería el Mapleton o el Liceo. Más diversión, menos pose. Y siempre soñando con volver a la tienda al día siguiente, allí en la mítica Ivy.

Capítulo 33

Eran las 7 de la mañana y la pista de baile estaba casi vacía por el cansancio de toda una noche de grandes canciones... Apuraba una última copa cerca de la barra e intentando capturar todos los momentos, todos esos últimos instantes de una gran noche...

Empezaron a sonar aquellas notas ya míticas y la pista de baile seguía vacía... Todo el mundo estaba demasiado ocupado hablando y hablando, que es lo que se suele hacer en los últimos momentos de las fiestas, ya que los pies empiezan a no responder.

Llegó el estribillo y una imagen llamó mi atención... En el centro de la pista de baile un mod con una camisa amarilla, unos bonitos tirantes y un pantalón color crema levantaba el puño y gritaba a todo pulmón el estribillo de la canción de Frank Wilson... Es una de esas imágenes que ya no olvidarás jamás... Poderosa e envidiable.

No pude evitar que una sonrisa acudiera a mis labios y levanté mi copa de ron por aquel mod y por canciones como aquella: No se si seguirá siendo el disco más raro de Soul; en Abril del 2009 dos copias de este disco se vendieron a 38.000 dolares cada una... y yo pensé en dónde estarían alguna de aquellas dos copias...

Mientras la canción seguía y volvía al estribillo, aquel mod volvía a levantar el brazo todo lo alto que podía, y daban ganas de unirse a él en esa especie de éxtasis que vivía.

Pero lo único que pude hacer fue sentarme en una de las esquinas del local y disfrutar el momento, pensando en todas las vueltas que habían dado aquellas copias del disco y las reediciones que vinieron despues en Inglaterra porque la escena Northern Soul así lo demandaba...

No se me iba de la cabeza la imagen... y en mi mente aún daba vueltas aquel estribillo, aquella intro tan mágica que algunos músicos de Los Angeles hicieron como una gran especie de homenaje a la Motown... Después de haber visto a aquel mod, toda la historia me da un poco igual ya que,incluso, me pone algo triste... pero la canción sigue siendo un momento álgido para cualquier amante del Soul con mayúsculas.

Capítulo 32 (Boxeo de vinilos)

Este texto empezó realmente hace décadas, un día de Agosto de 1977 en un avión que se dirigía hacia Nueva York...

Las horas de vuelo se hacían llevaderas con la película de aquel año, pero no era aquel un viaje de placer, era un golpe bajo, una especie de K.O. que solo el paso del tiempo iba a apartar a una esquina de la mente. Primer Asalto. El Boxeador, cómo no. Vinilos y Ganchos de izquierda.

Aquel coro estúpido está grabado en mi mente de forma indeleble... y ya sabes que del amor al odio hay un solo paso.

Así que yo seguiré luchando para que los recuerdos no mueran.

El Pugilismo visto como un solo de saxo tenor cuando ni los solos estaban inventados, pero ahí estaban los escritores bebiéndose el par de esas preciosas botellas de ese elixir rojo, antes de subirse a las cuatro cuerdas que parecen ser más.

Décadas después llegaría como una especie de huracán que acabaría mal y la leyenda negra se haría mitolóogica...

Los combates del año duran lo mismo que las sinfonías de tres minutos: Un suspiro, casi el aleteo de una mariposa o el movimiento de una pantera negra orgullosa de serlo.

Nombres ya leyenda; Sugar Ray, el favorito Marvin Hagler y aquella pelea robada, Jerry Cooney, Sonny y su izquierda, Mano de Piedra y todos los brutos... Joe Louis y Gene Tonney: Duros golpes y dinero fácil. Dinero que todo lo compra... Hay toallas que no son blancas.

Algunos románticos siguen escuchando vinilos, algunos románticos siguen viendo combates de boxeo y contándose historias. Ya nadie se acuerda de aquellas ochentaitrés victorias seguidas... Pero todos nos acordamos del cáncer de la cantante. Así es la historia.

Todos hemos visto un gimnasio en Brooklyn y escuchábamos el "That's My Desire" de Frankie Lane... Pero ¿Y el Puma de Baracoa? Sí, el Pequeño Cassius Clay hablaba y hablaba. Pepe Legra siguió hablando después.

En la lona, todos los boxeadores son cósmicos... y si no, que se lo digan a cualquier perdedor. Luces y estrellas, hijo.

A pesar de esto, todos subiríamos al Ring en uno de esos momentos. El Combate Del Siglo cada día.

Siempre la guardia alta, y si es de orejeras, pues mejor! El Noble Arte prostituido, como siempre. ¡Ali, Bumaye!

Aquel 22 de Junio de 1930 se volvía a repetir una y otra vez. El tópico del perdedor, no hay gloria ni heroes. Darle vueltas a la cabeza, viendo la pelea toda la noche y Dios en una esquina del cuadrilátero. Siempre te quedará volver... y ganar el combate: The Comeback.

Ten por seguro que Howard Cosell habló con respeto tanto de los que besaron la lona como de aquellos que triunfaron, se lleva en los genes.

El Boxeo está presente en mi infancia de la misma manera que aquellos E.P's de los Beatles traidos por marineros ex-boxeadores en los pesqueros del Mar del Norte, donde están los mejores, como aquella banda sonora de Bill Conti que nunca puede sonar en casa porque recuerda a aquel triste viaje a Nueva York... El Blues y el Boxeo unidos por las notas de la vieja Blues Harp del abuelo... Son los Boxing Blues.

John Graham Chambers fue el que escribió las reglas pero un marqués se llevó la fama, menos mal que un Caballero engrandeció esta especie de esgrima... Papá no pudo estar equivocado: Me dejó vinilos y memorias pugilísticas.

LA VIEJA OLA; dedicado a casi todos los que perdieron...

Capítulo 31 (Las Gatas Salvajes)

Así se llamaban a sí mismas: Las Gatas Salvajes... pero no estamos en el Rydell High School ni en una escuela de arte de Brighton, si no aquí en la Bella Isla a mitad de los años 80. Porque igual que hubo jóvenes a los que la película "Quadrophenia" les cambió la vida, también hubo chicos y chicas a los que "Grease" también les cambió la forma de ver la vida. Yo los ví.

Al apartado de Correos llegaron varias cartas con algunos dibujos y mensajes secretos para una posible cita entre las Gatas y los Mods de Tenerife... pero en esos días todos estábamos más preocupados de la música, de las anfetaminas y de la búsqueda continua, por eso la cita nunca llegó a ser realidad... o sí? Quien sabe?

Los domingos por la mañana de hace veinte años estaba más pendiente de recuperarme de la resaca que de otra cosa... Y allí estaba yo, de dominguero total con mi pijama y mis pantuflas calentitas... ¿De verdad piensas que los Mods no tenemos momentos así? De verdad piensas que nos levantamos de la cama y, automáticamente, nos ponemos nuestro traje de tres botones? Pues no es así... Y aquel domingo estaba yo recién levantado y aún intentando desperezarme cuando sonó el timbre de casa y... Alehop! En la puerta estaban una de las Gatas Salvajes y Pepe Verde. Me pregunto si era el mismo Pepe Verde que después formó parte de Los Protones y que me encontré años después en el Felipop Gallego en donde tuve la suerte de ver a PF Sloan??? No lo sé. Insisto: Era domingo, estaba de resaca, en pijama, con pantuflas, aún no era persona porque no había tomado café... Pero a pesar de todo eso, les abrí la puerta y pasaron a mi cuarto. La base de operaciones del Ecos de Sociedad en máximo apogeo de domingo colgoso. Un editor de modzines no tiene realmente una habitación propia; tiene una base de operaciones.

Y allí estábamos los tres: Pepe, la Gata -siento no recordar su nombre, pero era simpática y tenía una especie de cardado genial- y yo. Hablamos y hablamos, y les enseñé cosas del Ecos, y fue uno de esos momentos que recuerdas ya para siempre, porque estoy hablando de ello ahora.

Aún me pregunto el porqué de aquella visita... ¿Solo era que querían conocerme? Conocer a un Mod de verdad? Y se encontraron con un dominguero más?

Sirva este capítulo de En El Sol para recordar a aquellas chicas que se denominaban inocentemente Las Gatas Salvajes, remedando a las T-Birds y para dejar en claro el derecho de un Mod a relajarse tranquilamente en su casa con su batín de solapas de seda y su cinto de flecos, su café recién hecho y su periódico y oyendo esa música que nos hace diferentes a los demás...

No he vuelto a saber ni de Las Gatas ni de Pepe Verde, que creo que sigue en los Madriles -y eso que yo siempre he dicho que Madrid Me Mata-, pero son de esos personajes que no se olvidan, y menos ahora que se organizan fiestas de confraternización de Mods y Rockers y se tiende a olvidar Brigthon, que es lo que deberíamos de haber hecho desde un principio -mi traje nuevo por los suelos?? Jamás!!-, si es que aquello fue un principio más que un final.

Tal vez hemos evolucionado y el movimiento se ha estancado, pero tal vez, nosotros seguimos siendo los mismos y es el movimiento el que se ha ido mutando, cambiando, evolucionando... En cualquiera de los casos, los Domingos son sagrados en el Centro de Operaciones del Ecos de Sociedad!!

Capítulo 30

Son las 4:00 A.M. del 1º. de Enero de 2010, ese reloj con forma de single de la Motown que cuelga de la pared me lo acaba de indicar al ritmo de “Shop Around”. Adoro ese reloj, una buena amiga me lo regaló hace tiempo.

Acaba de empezar la segunda década del primer milenio y yo sigo aquí, escuchando a Marvin Gaye (el What's Going On, para mayor información) y leyendo un libro viejo, un libro de páginas amarillas. Acaba de pasar una década... ¡una década!... ¿te das cuenta?

La verdad es que me la trae muy floja Obama, el Bicentenario, la influenza y el mundial en Sudáfrica; me la trae aún más floja las listas de los mejores discos de la década de la revista Rolling Stone pues -y lo digo con regocijo- hace exactamente diez años o un poco más que dejé de consumir esa basura.

(Aquí es cuando hacen entrada las palabra una y década, escoltadas por signos de admiración). Diez años viviendo en un underground de mediodía, diez años recorriendo estas vías.

Todo comenzó con una cinta TDK con grabaciones de Ska Argentino y adaptaciones nacionales, luego llegaron The Specials y luego The Skatalites y entonces una bomba estalló y aquel chico no fue más el mismo. Tenía trece (qué ternura) y con mi camisa de estampado azul a cuadros y mi gorra de béisbol buscaba y rebuscaba las cintas de mis grupos favoritos: Fabulosos Cadillacs, Madness y la agrupación valuarte del Ska mexicano, El Inspector (que vía crucis fue localizar aquella grabación en vivo).

Al año siguiente cambié la gorra de béisbol por un sombrero de paño y seguí usando mi preciosa camisa a cuadros; el sombrero y los tirantes ya me distinguían de entre los otros adolescentes, a mí y a otra decena de inadaptados con sombrero y tirantes. Leíamos hojas en fotocopias y escuchábamos música cada vez más distante geográficamente y cronológicamente hablando, fueron buenos años mezclando licores fuertes y baratos con viejas canciones. Perdiendo y ganando peleas. Fumando carrujos para viajar al interior de aquellas fotos en alto contraste y saludar a Prince Buster en persona.

Fueron los mejores años, llenos de listas de discos para hacer intercambios, con hojas informativas y fanzines por todos lados. Con batallas a lado y en contra de nuestros inseparables compañeros, los Skinheads originales. Rudeboys bailando contra el racismo. Madrugadas hablando de mundos distantes, madrugadas repletas de Ska. Litros y litros de cerveza. No hagan ruido, los chicos rudos están bailando.

¿Y luego?... bueno, luego el Reggae nos inundó y los tirantes siguieron erguidos pero los sombreros dieron paso a muchas cabezas rapadas. ¡Ah! y para colmo circuló entre los amigos un VHS que seguro se arruinó de tantas proyecciones. La historia iba de un chico con chaqueta verde y sus amigos que iban en motos escuchando una música extraña. Un buen argumento cinematográfico ¿no?... me sonaba de algo.

La cosa es que me afectó tanto que hice lo imposible por procurarme una chaqueta verde como esas y un día paseando por el mercado me encontré un viejo disco de vinilo con aquellos muchachos en portada y una semana después regresé por él. Mi viejo seguía molestando por comprar aquellas antigüedades si ni siquiera teníamos tocadiscos en casa pero a mí me importaba un pepino, me divertía viendo la portada y sacando el disco de su funda. Creo que recuerdo hasta los créditos de las canciones y cada detalle de la foto con el viejo Brighton Pier al fondo. En ese pedazo de carton de 13 X 13 pulgadas, leí algo que cambió mi vida: "Mod es un aforismo para vida limpia a pesar de las circunstancias". - Peter Meaden.

¿Qué diablos es un aforismo?... ¡A quien le importa!... "vida limpia a pesar de las circunstancias", hombre, eso sí lo entiendo y lo entiendo muy bien. Sócrates, Platón y Aristóteles pueden ir al diablo; Pete Meaden es el más grande filósofo de nuestros tiempos, sentencias como ésta no salen de cualquier boca.

Mi vida cambió. Mi vida cambió, te lo juro. Aquellas palabras desmembraron mi mente, aquellos trajes a medida me impactaron y la luz de aquellos faros cromados me cegó. Volví a nacer a los dieciseis.

Reparé un viejo tocadiscos y la aguja recorrió esos quadrophénicos surcos muchas veces, luego llegaron los primeros discos de The Animals, The Yardbirds y los compilados de Motown, además ya tenía mi propia chaqueta verde.

Las gracias a la red de redes deben ir por esta parte del relato, que si bien las enormes caminatas buscando material auditivo siempre eran fructíferas, fueron necesarias varias horas frente al monitor para hacerse de aquellos discos imposibles. Gracias a ese invento de hombre blanco que llegó con sumo retraso a mi hogar, pues fue como el mejor invento del hombre negro comenzó a invadirme.

Por aquel entonces ya había DJ’s muy improvisados y comenzaban a organizarse las primeras sesiones de música en el centro de la ciudad, Chema Skandal y sus box sets de Trojan Records hacían la delicia de todos. Así fueron esos días, con CD’s y algún LP rescatado de la basura, con un punto verde bailando entre cabezas rapadas y chicos bicromáticos.

Inevitablemente y aun rodeado de los amigos de toda la vida, me veía solo y rebasado, así que no habiendo más opciones para mí, me las saqué de la manga. Escribí mi propio fanzine y comencé a organizar mis propias fiestas. (Que te cuente el que lo ha vivido abajo, que yo entre la organización y demás no recuerdo mucho. Eso sí, siempre gente bonita y la mejor música del momento). Acción, esa es la palabra. No lo olvides. Ya casi era mayor de edad cuando lo comprendí.

No pretendo irme año con año, llevo cinco y siento que me han faltado tantas y tantas cosas, como las primeras salidas a otras ciudades para escuchar música toda la noche y conocer nuevos amigos. Como aquella vez que conocí a los Skatalites, como el día que encontré al amor de mi vida bailando el "Hot Shot" de Dermott Lynch.

Me saltaré unos años por conveniencia, pero quizás se los contaré en otra ocasión; de cualquier modo haré remembranza de algunos sucesos apabullantes, por ejemplo la inolvidable primera edición del Chewing Gum Weekend, primer Mod/Sixties Weekender de México, organizado por un grupo locos; de la primera sesión de Northern Soul pinchada en México por un auténtico Soulie from Manchester (aunque este acontecimiento va en el apartado anterior), mi primera visita a la mítica ciudad de Tijuana, cuna del escena Mod mexicana (este ya mereció una buena crónica que se incluye en esta maravillosa web), mi primer paseo en Vespa, la noche mágica en el noveno piso bailando hasta el amanecer... ¡wow! creo que no voy a terminar.

De entre todos los recuerdos de esta década me quedo con dos para finalizar este cuento.

El primero es sobre este joven Mod recibiendo un paquete de libros y fanzines; al leer uno de los libros –que durante días pareció estar adherido a mis manos- me miré reflejado en aquellas páginas, cada palabra era un reflejo de mi andar. Un madrileño en los ochenta hablando de muchachos ingleses de los años sesenta estaba describiendo la forma de andar de un joven mexicano en pleno siglo XXI. Vaya locura pero así fue, ese día me reafirmé y grité con más orgullo: ¡Soy un Mod!

Luego entonces, después de abrir los ojos y conocer parte de los hechos comencé mi cruzada en pro de "las buenas costumbres": elegancia extrema y la mejor música del mundo, el R&B y sus vertientes. (Solo para argumentar mi militancia cuasi talibán a partir de entonces comento que la idea es ser consciente del origen, de la raíz del todo y con esas bases, que cada quien agarre su rama. El respeto ante todo).

Bien después de este repaso breve a otro puñado de hojas y palabras que trastornaron mi existencia, va el recuerdo final de esta década.

Nos encontramos al mismo Mod, otrora chico con gorra de béisbol, otrora Rudeboy skatalítico; con unos años más encima, con algunos kilos demás y un bonito corte de cabello caminando por las calles de Kensington, viene de una noche de R&B y Ska en Wardour St. Camina feliz tarareando las canciones que le acompañaron en su adolescencia y juventud, por la mañana irá en busca del callejón de Quadrophenia en Brighton, hace años que no desempolva esa vieja película pero es inevitable, uno no cruza el Atlántico a diario.

Han pasado diez años desde que soñaba con caminar por esas calles, desde los primeros fanzines. Han sido diez años, un largo aprendizaje. Una cruzada que apenas comienza.

Inevitable disfrutar del aire del Atlántico norte golpeando su rostro pero como México no hay dos y Londres ya no es lo que era. Ahora muere de ganas de regresar y contar a sus amigos qué pasa por este lado del mundo. De fraguar una nueva explosión y dar la bienvenida a una nueva era...

Moisés Underground

Capítulo 29

"Háblame de cosas que me hagan pensar", Francotiradores

Los recuerdos que tengo son borrosos. Demasiado haschiss, demasiadas pastillas, demasiado alcohol. Pero sí me acuerdo de que, a veces, ensayaban en la azotea de una casa cercana al centro de la ciudad y pude asistir alguna vez, disfrutando de los sonidos que rebotaban en aquellas cuatro paredes donde se metían algunos rayos de sol.

Allí estaban Miguel a la guitarra, Henry a la batería, Ramón al bajo, Pedro en los teclados y guitarra rítmica y el carismático cantante Jose María, con el que solía cruzarme por la ciudad. Él en su Lambretta 200 de segunda mano y con un precioso traje negro, y yo con mi corte francés y mi camisa psicodélica.

Nos conocíamos de vista pero era como si nos conociéramos de toda la vida. Los sonidos que flotaban en el ambiente de aquella azotea de marrones intensos eran una mezcla perfecta para aquellos días de cuadraditos negros y blancos: Ska, el Reggae más primitivo, algo de Bluebeat y Rocksteady, algo de Punk y mucho de soul, y más sonidos que para un rude boy convertido en Mod eran como estar en la gloria.

Llamaba mucho la atención una sección rítmica poderosa y que podía estar horas y horas llevando el ritmo. Ya sabes, ese ritmo característico que te hace moverte casi sin darte cuenta. Fue en aquellos momentos cuando me dí cuenta de lo difícil que era conjuntarse tocando aquel ritmo, y de lo buenísimo que era Henry a la batería. Casi solo por escucharlo a él tocando, aquellas horas de calor valían la pena.

Años después me dí cuenta de que había asistido a unos momentos históricos de los que fueron la primera banda de Ska de la bella isla, y de que para un Mod como yo, eran instantes inolvidables.

Unos meses después iba a confirmar todo esto con un concierto en un antro que se llamaba "La Bodega" y donde apenas se podían juntar todos estos Francotiradores. Sí, así se bautizaron: Francotiradores. Nombre genial en la senda de The Specials, The Selecters, Madness, Bad Manners, The Bodysnatchers, The Toasters... Qué buena época fue aquella, más que con nostalgia, miro aquellos días con una sonrisa en la cara.

En vivo eran tremendos y el recuerdo que tengo es ese: esa festividad en el escenario mezclada con la sensación cruda y violenta de la diversión mezclada con la conciencia social. Todos muy juntos en aquel pequeño escenario, Jose María al frente moviéndose rítmica y espasmodicamente. Un montón de versiones de todos los clásicos pero también canciones originales como "Estoy en Garachico", o la broma "El Antidisco", y esa canción tan típica en el folk jamaicano de echar de menos lo bueno de la vida: "Ya No Queda Haschiss En El Libano". Ya casi no nos acordamos,pero hubo un momento en que Londres y Kingston paraban en la misma estación de metro.

Después de aquel concierto, siguieron ensayando y tocando en vivo en diferentes puntos de la Pequeña Jamaica, algunas leyendas hablan de que cada vez que tocaban, algo pasaba. Ya fuera violencia o diversión, olores fuertes o baile, algo pasaba en el ambiente cuando tocaban los Francotiradores y su skatalítico tiro al blanco.

Viajaron a la península y tocaron en San Sebastián, como no, siempre hubo esa conexión. Salieron en la televisión local de aquellos días y fue como un orgullo propio verlos, incluso alguno de sus conciertos en la Plaza de Toros fue emitido por la pequeña pantalla y esa cinta está perdida en algún lado, o en alguna casa de un funcionario con un trabajo y una pasión.

Fanzines de nombres tan punkies como el "Orín Desteñido" o cómo ser más Punk que el Punk en una isla, llegó a sacar una cinta donde estaba el clásico con el que les recuerdo. Una canción con una letra que fue escrita por Pablo Meneses, de una banda local llamada Moral Femenina y una música que salía de las típicas jam sessions en las que se convertían aquellos ensayos en la azotea. "Háblame de Cosas" se llamaba... Se llama, porque es una de esas canciones que hizo historia.

Está ya para siempre en mi cabeza... De 1981 a 1984, los Francotiradores fueron algo real en mi vida, así que de esos recuerdos viene este capítulo...

Aún me cruzo con Jose María por la calle y cuando nos saludamos, esbozamos una sorpresa cómplice... Seguimos siendo los mismos... pero veintipico años después... y seguimos hablando de cosas que nos hagan pensar...

Texto dedicado a FRANCOTIRADORES.
Agradecimientos para Yotty Delgado

Capítulo 28

Hay una conexión entre Jamaica y la Bella Isla. Siempre la ha habido y siempre la habrá. Algo parecido pasa con el País Vasco, Valencia u otros lugares del Universo. Es una especie de conexión cósmica que tiene que ver con la Naturaleza, con la sal del mar, con la hierba, con el sol.

Puede que seamos como hormiguitas perdidas en una gran ciudad, pero la isla viaja con nosotros. Es un hecho irrefutable que también tiene que ver con ese ritmo único que tenemos los isleños. Un timing especial para la medida del tiempo. Ya sabes aquello de: "Hey, quedamos dentro de media hora en la esquina." Y esa media hora es tan elástica. Pueden ser 20 minutos o puede ser una hora, pero al final, siempre aparecemos.

Me gusta hablar del Folk Jamaicano como seña de identidad trasplantada a diferentes partes del mundo. Una especie de religiosidad mezclada con hedonismo. Una especie de calma, de pausa.

Recuerdo estar en diferentes barrios de las afueras de Londres a finales de los 70 y principios de los 80, cuando la explosión del Ska y del BlueBeat y se notaba en el aire esa mística natural de la que habló Bob.

Allí, en los barrios periféricos y obreros, también me sentía como en la Bella Isla, y "había una mística natural soplando en el aire... tal vez, solo fuera un primer aviso, tal vez fuera el último. Muchos tendrán que sufrir y muchos tendrán que morir, pero no me preguntes la razón. Las cosas ya no son como eran antes y no te voy a engañar. Todos tendremos que enfrentarnos con la realidad. A pesar de que he buscado las respuestas a todas las preguntas que hay, a pesar de que es imposible seguir viviendo solo mirando al pasado, no te puedo engañar. Hay una mística natural flotando en el aire y nadie podrá con nosotros..."

Allí, en las esquinas de las grandes ciudades, las nuevas generaciones de Rude Boys, Peanuts, original Mods y Hard Mods, skinheads y todos los que estaban presentes, no tenían problemas en compartir el mismo espacio cultural, la misma música, las mismas ideas, los mismos trabajos.

Por delante de mis ojos pasaban todas aquellas fotos de carnet de identidad de la carpeta interior del primer disco de Madness, que por mucho que después hemos renegado de aquellas fotos y de aquellas gentes, un nexo de unión sigue ahí, vibrando en muchos corazones.

Aquellos pibes de 15 años, con sus pelos rapados y sus botas militares, compartían espacio con mi parka de segunda mano. Ellos tenian sus ídolos, nosotros teníamos los nuestros. Todos teníamos nuestro Revival Modernista. Aquel Folk Jamaicano, ese Folk isleño era la cuerda de unión. Algo cósmico y místico, pero también realista.

El mundo del 9 a 5 mezclado con los absolute beginners del fin de semana, aquellos locos encantadores llenos de pasión. Una pasión de todos los colores, pero sobre todo, blanco y negro, miles de cuadraditos blancos y negros. Entre lo que nos unía estaba el No hay Futuro, y las cervezas frías en la playa, mientras sonaba el "Dawning of a (New Era)"... Los sueños solo duraban lo que duraba el fin de semana... pero ¡Gracias por Eso!

Por lo menos, en la tienda de la esquina, sonaba una música maravillosa, que nos hacía olvidarnos de todo... Y eran nuestros amigos: Bob, Desmond, Alton, Peter, Bunny, Derrick, Laurel, Prince, Justin, Toots y todas esas bandas que estas pensando... Aquello era reconfortante. La vida es dura. Lo bueno siempre dura poco, pero hay momentos que ya nunca se olvidan. ¡Hey Skavooo!

Ya sabes, el Espíritu de 1969... y toda aquella gente joven en sus clubs disfrutando de algo poderoso. Tal vez, todos teníamos algo diferente, pero al final, todo tenía que ver con una palabreja que ahora esta muy de moda: La Multiculturalidad. Todo mezclado con la diversión y la camaradería... Como esos viejos barrios de la Bella Isla, donde todo el mundo se conoce, con lo bueno y con lo malo que tiene... Nos guste o no, venimos de ahí.

Cada cierto tiempo, vuelvo a aquella primera cinta de Prince Buster, con aquellos discos del sello BlueBeat que incluso aún estaban censurados... !Al Capone!

Cada cierto tiempo vuelvo a todos estos recuerdos para mantenerlos frescos en mi mente... por que los recuerdos son algo particular, como las opiniones.

Después, volví a Madrid... y más tarde volví a la Bella Isla. La conexión sigue estando ahí... Hay un misticismo natural en todo esto... Como cuando pongo un viejo disco de vinilo de Mahalia Jackson y me suena a gloria... Como cuando dejo que el sol me queme la piel, por el simple hecho de no estropear el instante, y me traigo una piedra de la playa a casa para estar conectado con la naturaleza... aunque sea una rata de ciudad.

Si, alguien me lo dijo el otro día: Aunque hayamos tomado caminos diferentes, venimos del mismo lugar. Ya nos han llamado de todo pero seguimos aquí...

Hay una conexión entre Jamaica y la Bella Isla...

Capítulo 27

1986

COLGADOS DE LOS 60

Distribución de Cintas con Música de Los Años 60.

Envíos:Certificado y Contrareembolso

Una Producción del Ecos de Sociedad, Modzine Canario

CINTA NÚMERO UNO: Enviada al "GOING TO A GO GO" Modzine Catalán

CINTA NÚMERO DOS: Enviada a LOS BUENOS, grupo Mod de Albacete.

CINTA NÚMERO TRES: Enviada a Daniel Herranz, Mod Valenciano

CINTA NÚMERO CUATRO: Enviada a Cesar Andión, Sex Museum

CINTA NÚMERO CINCO: Enviada al "REACCIONES", Modzine Catalán

CINTA NÚMERO SEIS: Enviada a la SOCIEDAD MODERNISTA BLUE STONE

CINTA NÚMERO SIETE: Enviada al PSICOABSTENIA, Modzine Catalán.
Entregada en mano en la I Concentración Catalana, 1988.

CINTA NÚMERO OCHO-NUEVE-DIEZ-ONCE: Enviada a
ANGEL GORNES AMETLLER, Mod Mallorquín.

CINTA NÚMERO DOCE: Enviada a los Mods de Tarragona

CINTA NÚMERO TRECE-CATORCE-QUINCE: Enviadas a Whose Luis Perez Blanco, Mod de Almería.

CINTA NÚMERO DIECISÉIS: Enviada a Paloma Lopez Povill, Mod de Tarragona.

CINTA NÚMERO DIECISIETE: Enviada a Carlos Miranda, Mod de Tarragona.

CINTA NÚMERO DIECIOCHO: Enviada al SHAKE ME WAKE ME, Soulzine Vasco.

CINTA NÚMERO DIECINUEVE: Enviada al EMPTY HOURS, Modzine Inglés.

CINTA NÚMERO VEINTE: Enviada a Beatriz Carrillo, Mod de León

...y así, la lista de nombres continua:

las HERMANAS ARRANZ URIBARRENA, OSCAR ABAD ESTEBAN, MONTSE FLORENCIANO, JUAN JESUS RODRIGUEZ, LLUIS PLATAS, OLGA GARCIA, CHELO ZAPATA DEL RIO, SOULE MODZINE SEVILLANO, LUIS BERNABEU, JAVIER GASPAR, JULIAN GARCIA DE LA REINA, AHEM!FANZINE, FRANCISCO PASCUAL, DAVE NICHOLSON MOD DE SACRAMENTO, THE POP ART CLUB, CON ESTILO, CIRCLES, PRUÑO, CRISTINA MORENO, BART MENDOZA, SYLVIA SANS, THE PURITANS, ANN TUCKER, CHRISTIAN MARTINEZ, ANTONIO AÑOS DORADOS GARCIA, ISAAC PASTOR, RAFA DEL PRADO, SERGIO RUIZ DE GAUNA, PUSSYCAT, MARIA ALVAREZ, MARCOS COLLANTES, ELENA ORTEGA, ANIMAL RECORDS, JUAN DE PABLOS, THE KEY Y SHANE RIES, NICK PHILLIPS, MOD MARRIOTT RECORDS, 1313 MOCKINGBIRD LANE, SOLO PARA TUS OJOS, VERONICA CALVO, ISA DESPEINADA, ALTA FIDELIDAD MODZINE VALENCIANO, OTOÑO CHEYENNE FANZINE VASCO, LOS CINCO IBERICOS, THE KID WHO IS ALRIGHT, YESTERDAY'S PAPERS, STONES SPAIN, LOS ABATIDOS, LUZMAPOP, LUPOSOL, THE GREEN UFO'S, COSECHA ROJA, MIGUEL ANGEL VILLANUEVA, ROXANNE FONTANA, TRIP RECORDS, MODESTY BLAISE, COSMICKEVA, EL EFECTO OREGANO, 18 RODAS, LA AMENAZA AMARILLA, BAMBALAM RECORDS, MARCOS MARTINEZ, PLAYER HATER, CINEMASCOPE, TREMOLINA, JOAQUIN CHOUSA, LAURA AGEA, EAST RIVER PIPE, VELASCO, CAPSULA, MAKING TIME FANZINE, UNDERGROUND FANZINE, THE WILD COMBO, GEMMA VALLE THE WASP GIRL, ASTON MARTINS, CAMERA OBSCURA, JONATHAN DELGADO, MELISSA SEELY, LOS LOBOS NEGROS, TOXICOSMOS, JABALINA, ECUANIMES, TIME FOR ACTION...

Así, desde 1986 hasta 2006, y con otros nombres según iba pasando el tiempo, fueron más de 800 cintas grabadas con las canciones favoritas del Ecos de Sociedad... Es decir, Los Sonidos Favoritos de La Vieja Ola...

Gracias a Angel por recordarme todo esto...

Capítulo 26 (Southern soul)

A principios de los Años 90 me fui al Sur de la Isla. Allí viví y trabajé durante varios años.

Me llevé al Ecos conmigo, que es lo que siempre he hecho cuando he viajado, cuando he salido de la ciudad, cuando he buscado el futuro de alguna manera.

En el Sur me dí cuenta de que el Ecos de Sociedad iba a ser algo para toda la vida.

En el Sur de la isla siempre ha habido una tradición Soul.

Me refiero a que entre toda la marabunta inglesa, siempre ha habido gloriosas excepciones. Dj's que se traían sus discos para ponerlos en algunos locales de una de las partes turísticas de la isla. Herederos de la Escena Northern Soul Británica que preferían Tenerife a Ibiza, como uno de los últimos paraísos... y que hacían bailar con sus Upfront's a otros turistas o a los llamados "Worker's", que era donde yo me situaba.

Todo aquello que sonaba es lo que yo he llamado "Southern Soul", aunque ya haya un término musical que denomine toda esa música... En este caso era una mezcla de Soul y todas sus acepciones, Funk, el sonido Philadelphia, las llamadas Rare Grooves que podían englobar cualquier música que dentro de su rareza, se pudiese bailar y que surgían desde diferentes partes del mundo: Nueva York, Berlin, Paris, Bamako, Kingston; sí, Dub Jamaicano, Psicodelia Británica, la incipiente Música Electrónica cuando aún ni se llamaba así...

Es decir, en una misma noche de hedonismo podían sonar James Brown y Maceo Parker pero también Fred Wesley o Ann Sexton, el "Ecstacy" de Barry White o el "The Bottle" de Gil Scott Heron... interminables canciones de Fela Kuti que te llevaban a una especie de estado hipnótico, los Stones y su "2000 Light Years from Home" o los Beatles y su "Lucy In The Sky With Diamonds".... Bob Marley, George Clinton, Afrika Bambaataa, Sly Stone, Marvin Gaye, Jimi Hendrix, Chic... Si lo escuchabas en el Sur, automáticamente lo convertías en: Southern Soul. De alguna manera, eramos Pioneros.

Unos años después vendrían las ya famosas fiestas y sesiones conocidas como "SOUL IN THE SUN", que empezaron con una frase como... "Tiene que haber otros fans del Northern Soul en Tenerife ahora mismo y deseando tener un lugar en donde reunirse".

Pues sí que los habia... ¡Y los hay! Y todo empezó con algo de Soul en el Sur de la Bella Isla...

www.soulinthesun.com

www.soultime.org.uk

Dedicado a todos los Workers y los Sunners...

Capítulo 25

Sin aliento...

Estación Lionel-Groulx. Un martes. 6:48pm.

Salgo del tren. Conmigo bajan decenas de pasajeros. Cambio de línea, de la naranja a la verde. Un hombre toca algo en su guitarra, pidiendo unas monedas. Canta. Conozco la canción, pero no logro descifrar cuál es. Eso me mantiene ocupado mientras espero, impaciente, el siguiente tren. Faltan diez minutos y tengo que llegar a la estación Place-des-Arts si quiero alcanzar la película. Y no sólo eso. Falta caminar por la calle Bleury hasta llegar al Cinéma Du Parc y llegar a tiempo para comprar mi boleto. ¡Y el tren no llega!

Estación Peel. 6:55pm. El vagón en el que viajo va casi vacío. Qué bueno. Así al menos puedo sentarme. Saco del bolsillo de mi abrigo el libro de Ian Fleming que estoy leyendo, pero no puedo concentrarme. En una pantalla, justo frente a mi asiento, anuncian las noches de jazz de un bar que tengo ganas de visitar -ojalá no pidan identificación. Luego, el anuncio del concierto de B.B. King en la ciudad. Me alegro de ya tener un boleto. Al fondo del vagón, a mi derecha, dos personas discuten a gritos.

Mientras, me pongo a pensar en esa canción que tocaba aquel hombre. ¿Qué era? ¿Nick Drake? No sé, sonaba más a Tim Hardin. Aunque estando acá, seguro que era una de Leonard Cohen, el orgullo local, una que no recuerdo muy bien.

Estación Place-des-Arts. 6:58pm. Me bajo del tren. Corro hacia la salida de la calle Bleury y trato de caminar lo más rápido posible hasta el Cinéma du Parc. A partir de ese cruce que acabo de dejar atrás, la calle Bleury deja de llamarse así y se conoce ya como la Rue du Parc. Falta poco. Un minuto y estoy allí.

De un salto bajo los escalones que hay que bajar para llegar a la entrada del cine. El sujeto de la taquilla tiene cara de pocos amigos.

- Un billet, s'il vous plait...

Sala 3. Cinéma du Parc. 7:02pm. Llego tarde a la sala, porque ya están los cortos. Anuncian Manhattan de Woody Allen y por ningún motivo me la perderé. Luego, un avance de Repo Man, ¡por eso es que me encanta venir al Du Parc! Giro la cabeza. No hay mucha gente en la sala, unas ocho o nueve personas más, tal vez.

Comienza la película. Silencio, por favor.

A la salida del Cinéma du Parc. 8:50pm. Salgo de la sala. Algunas personas que salen conmigo van comentando la película en inglés. Yo estoy simplemente impresionado. Alcanzo a escuchar algunas opiniones en mi camino hacia la calle. Un sujeto dice que le ha parecido bastante mala la película, otro le responde que "debe entender la época". A mí me interesa poco. Acabo de ver, en pantalla, la cosa más cool de todo lo que he visto. Me es difícil explicar por qué. Pero sé que algo pasó ahí dentro de esa sala.

Camino por la calle Parc hasta que de nuevo se convierte en Bleury. Las tiendas están ya cerradas. Hay poca gente vagando. Me dirijo a la estación Place-des-Arts para tomar el metro de regreso a casa y noto algo extraño: voy caminando mucho más erguido y con pasos decididos. Siento que voy dominando la calle. Imagino gente en las esquinas; los maniquíes son chicas que no pueden evitar mirarme. Comienzo a tararear algo, no sé qué; saco de mi bolsillo el libro de Ian Fleming. Lo porto bajo el brazo, paso el pulgar sobre mis labios, arreglo mi cabello corto pero despeinado mientras doy pasos cada vez más largos...

Llego a la estación y miro alrededor. Hay aún mucha actividad, mucha gente con miradas cansadas y bolsas de plástico llenas de cosas. Espero el tren. Cada movimiento de las personas que me rodean me dice cosas, todos quieren gritar algo... yo ya no necesito eso. Mi cabeza sigue en las escenas de la película -todo tiene tanto sentido dentro de ese mundo blanco y negro del que acabo de salir... ¿o al que acabo de entrar?-, en una tonada imposible, en un ritmo frenético. Y todo eso comienza a tener sentido también en mí, en el mundo "real", cruel y adolescente en el que vivo. Acabamos de cruzar un nuevo milenio, ¿y cómo es que algo así me habla tan fuerte y tan claro?

Sí, estoy enamorado de Jean Seberg, quién no. Ella es ideal y sé que soñaré con ella. Pero quiero ser como Belmondo.

De pronto muchas cosas hacen clic en mi cabeza. Godard, el artífice del film, hace perfecto sentido al lado de mi libro de Ian Fleming, de ese disco que me robé del estante del padre una amiga, de ese boleto para B.B. King y de A Hard Day's Night. Todo va a un ritmo, un ritmo que me gusta, vital y necesario. Un ritmo que es una necesidad, un impulso sin el que moriría. Sí, todo tiene sentido. Comienzo a ver claros los trazos en el lienzo. Comienzo a ver que, dentro de todo, si algo es elocuente de verdad es eso que tiene Belmondo: estilo.

He quedado sin aliento.

Llega el tren y me subo. El mundo alrededor ha cambiado. Qué importa si estoy en un vagón sucio y ruidoso, yo le doy brillo porque puedo. Cada chasquido de dedo, siguiendo la melodía en mi cabeza, es un corte godardiano en la película de mi vida. Película que, por cierto, ha comenzado en la vida real, justo al terminar otra en la pantalla.

Esteban Cisneros

Capítulo 24

1986-2018

Mas de 30  Años del Apartado de Correos del Modzine Canario Ecos de Sociedad, sede oficial de LA VIEJA OLA

Pues sí. Ya son mas de 30 años con el apartado de correos. Mucho tiempo. Muchas historias y anécdotas.

En los primeros años pagaba 500 pesetas y ahora ha llegado a la cifra astronómica de... ¡57 y pico euros! Malditos burócratas! Con perdón. Ese encantador monstruo llamado Correos...

Realmente, la historia ya comenzó más años atrás, cuando mi padre creó una empresa y la misma necesitó un apartado de correos para los futuros clientes que escribían de Japón, de Korea, de Italia, etc. Estoy hablando de la época en que no había internet, no había faxes, solo había carteros.

En un principio, la idea de mi padre era la de tener un apartado de correos personal para el correo que recibiesen mi madre y él. Por eso, tras el número 365 que le adjudicaron, también se le podía llamar de alguna manera. Por eso, aquel apartado de correos se llamó "LUIMARO"; Luis y María Rosa...

Papá no era de este mundo... o en todo caso, su afán modernista fue heredado por su hijo más pequeño.

La empresa fue creciendo y el volumen de correo también. Llegaron nuevas tecnologías y mi padre las acogió sin problema. Pero aquel apartado se mantuvo mucho tiempo como dirección de la empresa.

Pasaron los años y en 1988, el Ecos de Sociedad también tuvo su apartado de correos. Era, y para mí, es el método perfecto para estar en contacto con los lectores y amigos. Era como facilitarle las cosas al monstruo. Año tras año, a veces con más problemas y a veces no, he ido pagando el alquiler del apartado... Y ese ha sido un signo de que las cosas iban bien en el fanzine. Un signo de continuidad.

Al apartado del Ecos han llegado cartas desde todos los puntos del mundo... Desde los más cercanos hasta los más lejanos. Han llegado buenas y malas noticias. Me ha hecho emocionarme con los gestos de los amigos del Ecos.

Aún sigo yendo a ver si ha llegado algo, con la misma ilusión de encontrarme alguna carta, algún disco, algo... Ese momento mágico de abrir ese pequeño buzón y encontrar almas gemelas. Y viceversa...

Pensar en ese cartero que entrega una carta que por detrás lleva el viejo sello del Ecos... Las cientos de anécdotas extrañas; como que te llegue una postal que ni tiene la dirección puesta... o que un paquete desde Mallorca llegue con el aceite de unas empanadas entremezclado con los cd's de recopilaciones de Bam Ba Lam Records... Cartas desde Australia con amigos que compran una fábrica de vinilos o cartas desde Nueva Jersey y de artistas que nunca escriben ni hacen conciertos... pero que escriben al Ecos.

Cada Febrero toca pagar el apartado de correos un año más... y este año he vuelto a pagar ese maldito alquiler.

Parece que las nuevas tecnologías acaban poco a poco, o muy rápido, con las cartas escritas a mano... pero me sigo considerando un romántico... Y siempre pienso que llegará una carta más, un envío más, un destello más de clase y elegancia.

Mientras pueda, el Apartado de Correos del Ecos seguirá abierto y yo seguiré pasando para comprobar si ha llegado algo de otros Mods, o simplemente de gente que se interesa por el Ecos. Siempre contesto...

APARTADO DE CORREOS
NUMERO 10.753
CÓDIGO POSTAL: 38004
SANTA CRUZ DE TENERIFE
TENERIFE
ISLAS CANARIAS
ESPAÑA
la bella isla

Dedicado a los que aún mantienen la ilusión intacta...
ellos saben quienes son.

Capítulo 23

Aquel verano de 1987, algo cansados de toda la vorágine modernista de los últimos meses, Cristina y el Buitre decidieron pasar el verano en el Oeste Peninsular.

Una tarde estaban hablando de música en el bar de Pedro, un amigo rocker que habían conocido en una de las peleas de la zona de Nuevos Ministerios, en Madrid.

La conversación iba de los últimos discos que se habían comprado; que si un Ep de Los Cheyenes que habían encontrado tirado en la basura, que si el "Fin de Semana" de los geniales Lone Star podía ser como el "Friday on My Mind" de los Easybeats... Es decir, el mismo contenido pero a la española, y un temazo de Soul.

Un viejito que estaba en una de las esquinas de la barra se les acercó y les habló de que él sabía dónde se podían conseguir singles de todas las épocas y estilos. Se trataba de la Biblioteca Municipal.

En las últimas semanas Cristina se había convertido en una asidua y tenía ya cierta confianza con los empleados. Pues bien, podían contarse hasta más de 6.000 singles que habían sido regalados por la Cadena Ser de Extremadura, que estaban siendo ya pasados a formato digital y que eran un estorbo para la emisora. Así que casi estaban allí abandonados. Muchos de los singles estaban manchados de pintura, ya que las diferentes restauraciones del lugar habían pasado factura a esos tesoros. Malditos maltratadores de Vinilos. Otros aún tenían aquellas famosas pegatinas fluorescentes que ponían: "No Radiable"; El año 1967 y chicas semidesnudas en las portadas, canciones protesta francesas la mayoría.

Lo cierto es que había un buen montón de discos interesantísimos y entre Cristina y el Buitre se empezó a tramar una especie de "Operación Rescate". Cristina se dedicaba a mirarlos y a elaborar un plan para rescatarlos de ese infierno de polvo, humedades, dejadez y el próximo acecho de coleccionistas, esos mercenarios sin escrupulos.

En los días posteriores empezó el saqueo.

Al principio, los empleados de la Biblioteca contaban los que iba llevando "supuestamente prestados":

- Cristina, te llevas doce- Y esa misma tarde, devolvía otros doce... pero claro, eran singles muy malos que se merecían un castigo así: La Década Prodigiosa, Los Cantores de Hispalis y un largo etcétera de cantantes Pop de segunda fila... Singles que compraban al peso o tirados de precio... 100 pesetas y así, y dependiendo del estado del disco y de la portada.

Pasados unos dias de estas idas y venidas, en la Biblioteca ya se acostumbraron a ellos y ni les miraban los discos. Según ellos, les estaban haciendo un favor porque les limpiaban el polvo allí almacenado y de paso, le daban conversación al conserje en eternas conversaciones sobre Rocío Durcal, el Dúo Dinámico y sus favoritos: Los Pecos!

Eran como un niño en una tienda de golosinas y el atraco, primero disimulado, fue pasando a ser ya sin discrección alguna. Sacaba bolsas con 20 ó 30 singles y devolvía 10. Tanto por la mañana como por la tarde.

El Buitre recogía a Cristina en un coche alquilado para el rescate y luego estaban toda la tarde escuchando aquellos vinilos: Lone Star, Shirley Ellis, Billie Davis, Los Iberos, Shelly y La Nueva Generación, Los Salvajes, Los Brincos, Bad Manners, Madness, The Kinks... Había joyas de Psycho como "Cerebrum" y muchos grupos españoles del momento porque eran singles promocionales: Los Negativos, Kamenbert, Brighton 64, Los Brigatones, Los Estragos, Los Flechazos, Sex Museum...

Los que más nos interesaban eran los singles de los 60, y muchos de ellos estaban incluso sin haber sido utilizados, porque las bolsas interiores estaban intactas... ¿Te imaginas a Shelly y La Nueva Generación siendo radiados en la Extremadura de los años 60? Ellos tampoco...

El Buitre y el amigo rockero Pedro también aprovecharon para hacerse con una parte del botín y saciando sus diferentes gustos... P.V.P, Decibelios, Stray Cats, OX Pow, Pabellón Psiquiátrico, Charol, Los Nikis, Ilegales, Siniestro Total, Ten Pole Tudor, Escándalos, Código Neurótico, Telegrama... Y así, un montón de rarezas promocionales que de otra manera hubieran acabado en el cubo de la basura.

Así pasaron Cristina y El Buitre aquellos meses del verano de 1987, sintiéndose como los Bonnie y Clyde del Vinilo!!

Muchos de esos singles siguen estando en su colección... otros han sido vendidos a precio de oro a coleccionistas, que sin saberlo, pagaban diferentes viajes a eventos modernistas a la pareja protagonista de esta sección.

Este capitulo está dedicado a G. y a G. que inspiraron esta historia...

Capítulo 22 (El traje azul)

Fue mi primer traje de tres botones. Smart Dress. Aún lo tengo guardado en algún armario, con una quemadura de Lucky Strike en la manga izquierda. Era de color azul marino y me lo hizo un sastre que se llamaba Jacinto del Rosario. Un viejito encantador que se mostró muy sorprendido por mi decisión de hacerme un traje a medida. ¿Un traje?

Fui una tarde de verano a que me tomase las medidas y la tela ya la había elegido unas semanas antes en una tienda en donde me hacían un buen precio. La pagué al contado con uno de mis primeros sueldos como mozo de almacén en unas grandes naves de las afueras de la ciudad. Compré varios metros y se los llevé al sastre, que los midió y cortó con destreza.

Unos pocos días después tuve que ir a hacerme una primera prueba que fue realizada por Francisco del Rosario, el hijo y mano derecha de Jacinto, y que entendió perféctamente mis ansias modernistas en la forma de vestir.

Aún recuerdo aquella sastrería tan pintoresca. Estaba en un primer piso y la puerta y todas las ventanas siempre estaban abiertas, con señoras entrando y saliendo acompañadas de sus hijas. También a ellas les llamaba la atención que un chico de veinte años y pico se estuviera haciendo un traje como aquel y que tuviera las cosas tan claras. Ese era yo.

Menos de un mes después, el traje estaba acabado y fui a probármelo. Allí, delante del espejo, me sentí orgulloso de mí mismo. Puro narcisismo. Un traje de corte clásico y discreto. Elegante y sobrio a la vez. Fantástico. Me costó 22.000 pesetas de aquellos días y trabajadas con mi sudor. ¡Qué bien saben esas cosas que pagas con tu trabajo! Un dinero bien gastado, sin duda.

Salir los sábados con aquel traje era el no va más del modernismo para mí. Me daba igual lo que me gritaban por la calle. Me daba igual que hubiese gente que incluso se preocupase de escribir a modzines a la península para insultarme, sin ni siquiera haber hablado conmigo cara a cara.

Llamaba la atención pero eso me daba igual también, es más, me gustaba. Yo era diferente a los demás. Me sentía bien. Me sentía guapo. Me sentía cómodo. Especial. Diferente y único. Aquel traje solo lo tenía yo. No era de segunda mano. No era ropa usada. Aquella había sido una gran idea. Aquel traje me distinguía del resto de la gente jóven y fue un primer paso como Face en la Escena Mod española. Todo un símbolo. No más búsquedas en el armario de los abuelos o de los padres. No más mercadillos de segunda mano o ropa que había pertenecido a otras personas, a otras gentes o a otros Mods.

Las escapadas a Londres a por la parka seguían siendo una opción interesante y en Estados Unidos había unas tiendas fascinantes en donde comprar ropa nueva... Pero aquel traje azul marino marcó un antes y un después de lo que significa ser Mod para mí. Un traje azul de tres botones hecho a la medida.

No estoy diciendo que haya que renegar por completo de alguna compra o alguna herencia: aún guardo y me pongo con cariño y respeto un foulard o una especie de corbanda de mi padre que es de marca Rhodia, italiana, de varios colores. Tiene más de cincuenta años y aún está conmigo como si fuera un tesoro único.

Tampoco me niego a alguna incursión en viejas tiendas de ciudades antiguas o esa camisa Paisley que era de alguien que no se lavaba demasiado... pero, tampoco vale todo, no? Un poco de imaginación y esfuerzo nunca sobra. Prefiero un traje nuevo, ropa usada o herencia familiar, antes que la moda actual basada en la década de los 60, que quede claro esto.

El estilo Mod de vestir ha sido y es mil veces copiado, masacrado y prostituido y no estoy dispuesto a gastarme dinero en eso. ¡Allá los demás! Es solo mi opinión, no es casi ni un consejo... pero aquel traje azul, mmmh! Fue el primero. ¿De qué color será el próximo? ¿Negro? ¿Gris? ¿Púrpura? Veremos... En cualquier caso será perfecto para bailar aquello de...


VESTIDO AZUL - Shelly y Nueva Generación

Estaba paseando,
estaba sola,
con el vestido nuevo que llevo ahora,
pues nadie me miraba,
y estaba triste.
La niña más feucha,
ellos hacían sentirme.
Andaba por la calle
sin rumbo fijo,
entonces entre la gente
surgió aquel chico.
Dijo que estaba linda con mi vestido
Vestido azul, del color que tiene el mar.
Vestido azul, en un día primaveral.
Hablamos mucho tiempo de nuestras cosas,
Pasaron enseguida varias horas,
Pronto llegó el momento de despedirnos,
y solo con mirarle,
supe que era mío.
De todos los colores es el más lindo,
y gracias al azul conocí a mi chico.
La rueda de la suerte
me dio un vestido...
Vestido azul,
del color que tiene el mar.
Vestido azul,
en un día primaveral...

jueves, 6 de agosto de 2015

Swinging Two

De esos tonos grisáceos se iba a la explosión de color en unos pocos años.
Ya en 1956, la economía británica estaba siendo relanzada, e industrias importantes estaban recibiendo ayudas por el gobierno conservador. Varias multinacionales norteamericanas estaban eligiendo Inglaterra como centro de expansión hacia el resto de Europa, el paro estaba bajando y crecían las compras y los alquileres de inmuebles, la venta de coches crecía así como se volvían a llenar los mercados, las restricciones en los créditos iban desapareciendo y esto empujaba al consumismo, bajo el valor de las propiedades que estaban en las afueras de las grandes ciudades y en donde aún se podía ver los rastros de la guerra... Solo tres años y la Bolsa ya notaba la mejoría en todos los sentidos, doblando sus valores. Así, la libra esterlina volvía a ser uno de esos valores en alza.


Pero no te confundas, Inglaterra solo estaba asomando la cabeza, poco a poco. También es verdad que lo tenían mejor que en los duros años pasados. Todavía Londres era una ciudad con las típicas diversiones para la gente mayor. Trajes largos de raso blanco, hombres con trajes oscuros, una orquesta sonando en el fondo de algún club iluminado, una obra de teatro de éxito y Rolls Royce con chófer aparcados en las esquinas de los locales mas caros.
Así era tener 50 años en Londres y una vida asegurada de sueldo fijo, la clase media se seguía divirtiendo con otras cosas. No había nada para la gente joven, a no ser que quisieras escuchar un melancólico solista de violín o ver cómo de temprano cerraban los pocos locales del Soho londinense.
Norteamerica era el espejo donde mirarse, ya que allí también había insatisfacción con lo establecido, y entre la influecia americana y la influencia que venía de otros países de Europa, unas semillas de cambio iban floreciendo en las nuevas generaciones de ingleses.
Si la salida era ir en contra de lo establecido, desafiar el autoritarismo, la reserva y la modestia, la flema y la civilización, allí estaban los primeros bohemios en el barrio de Chelsea y el Soho, los radicales de izquierdas en la universidades y en los periódicos, y jóvenes con dinero ganado con el trabajo y dispuesto a gastárselo en lo que les gustaba. Todos ellos unidos en cierta manera, crearon una especie de fuerza en el centro de Londres que llegaría a dar la vuelta al mundo. Algunas tiendas, pubs, bares, teatros y salas de baile fueron los lugares en donde todo fue creándose... y podías ir a todos en el mismo día.
Era un nuevo Londres... de aquella ciudad gris estaba surgiendo el centro del mundo... Si en los 50 nos habíamos fijado en Paris o en Roma, y en los 70 le llegaría el turno a California... Los años 60, para lo malo o para lo bueno, fueron tomados en su mayoría por lo bueno y lo malo del Swinging London, el lugar en donde empezó la vida moderna, que no la vida modernista.
Lo más alucinante no eran los elementos de los que estaba formado, que también, si no que todo sucedió en un corto lapso de tiempo. Ya había habido revoluciones, nuevas olas, renacimientos económicos, e incluso momentos en que la juventud se hizo con el mando, como los locos años 20 y el jazz, o el boom del rock en los años 50... Pero es que un apenas unos años, un cóctel explosivo de juventud, música pop, moda, famosos, sátiras, crímenes y mafias, arte elegante y rompedor, escándalos sexuales, teatro, cine, drogas, periodistas investigando todo aquello... simplemente, explotó. Nada de esto existía antes en Londres antes de esa explosión, que por ponernos exactos, más o menos, pudo haber empezado en el verano de 1963 y que fue como si parte de un país hubiese nacido de nuevo... La diferencia es que el Swinging London no inventó la cultura juvenil como la conocemos ahora, eso ya existía en los Estados Unidos con diferentes ejemplos. La verdadera diferencia era que mientras todo aquello era visto de una manera despectiva en otros paises, Inglaterra vio en aquel movimiento la manera de despertar de una pesadilla.
Los británicos que crearon todo aquello eran únicos a su manera, y sus habilidades de aprender y absorber, de transformar elementos culturales y sociales de otros lugares, los hizo mas únicos.

Swinging One

"Deseo: ser más moderno e inteligente."  Cyril Connolly, 1929
La idea principal de este gran artículo es dar la visión del Ecos de Sociedad de lo que pasó en Inglaterra desde 1960 a 1969, la década llamada de mil maneras horribles, en comparación con todas las cosas fantásticas que pasaron.
Se ha intentado huir de los tópicos ya conocidos por todos, aunque ha habido veces que ha sido un verdadero placer regodearse en ellos, por que no por ser tópicos, no dejan de ser también queridos por todos, y siempre está bien recordarlos: ¿Cuántas veces nos olvidamos de los clásicos por la eterna búsqueda de la rareza? También es verdad que esta no deja de ser una visión muy particular de todos aquellos días, de nuestras fobias y nuestras neuras, de cosas que han formado parte de las vidas y de instantes que, simplemente, la casualidad las sacó a la superficie. Es nuestro particular SWINGING ECOS...
El hombre de la calle inglés reaccionaba con su típica flema aún en casos desesperados. Los británicos pensaban que las buenas maneras y la paciencia lo vencían todo, y que las reacciones violentas eran de mala educación. Muchos de los supuestos mejores aspectos de la vida británica, tales como la estabilidad social y cultural, eran el resultado de ese conjunto de actitudes ya citadas; pero también lo eran algunos de los peores como el estancamiento económico, el aislamiento, la diferencia entre generaciones, el aburrimiento.


En todo caso, había una diferencia que marcaba el devenir de los hechos, mientras otros intentaban resolver los problemas, los ingleses pensaban que era mejor vivir con ellos. Todo eso estaba a punto de cambiar.
De este color gris de la vida, a las senciones de vivir en una especie de arcoiris diario. Gran Bretaña en la mitad de los años 50 era lo que había sido a lo largo de las últimas décadas: un poder mundial, el seno de la intelectualidad y las tradiciones, el bastión que había podido con el nazismo, la civilización por encima de los demás paises y el centro de la moralidad, de la decencia y de las cosas bien hechas... pero era gris.
En 1953, ocho años después del final de la Guerra, los ingleses de clase media seguían pasando problemas para poder comer, intentando vivir una vida aburrida y viendo cómo el país recordaba a décadas pasadas, por ejemplo, los años 30, de donde está sacada la frase del escritor y crítico Cyril Connolly... Otros paises, incluso los perdedores, salían del pozo, pero Inglaterra vivía en él.
Sólo unos años después, todo empezaría a cambiar, desde los aspectos que menos nos interesan, a los motivos de escribir todo esto...

PF Sloan y La Vieja Ola

La primera vez que supe de P.F. Sloan fue en 1985. Me compré un vinilo de la colección Nuggets de Rhino Records, más exactamente el volumen 10 que estaba dedicado al Folk Rock. Así se podía leer en grandes letras amarillas en la portada: "Folk Rock". Había fotos de The Byrds, The Turtles, The Sunshine Company, Hearts and Flowers y en los contenidos del disco había también otros nombres como Modern Folk Quartet, Deep Six, Scott McKenzie, Love Exchange entre otros. La cara B de este disco empezaba con el clásico "Eve of Destruction" cantado por Barry McGuire: El primer Número Uno de música concienciada con lo que estaba pasando en los Estados Unidos y en el mundo en general. Las notas informativas del disco seguían de la siguiente manera:
"Puede que en esta canción, McGuire suene enfadado -a lo mejor lo estaba- pero las palabras que estaba exponiendo no eran suyas. Es más, la canción había sido escrita por un joven compositor llamado Phil Sloan, o Flip para los amigos. Era P.F Sloan. Flip le había preguntado a The Turtles si querían grabar esta canción como su segundo single, pero le dijimos que, en nuestra opinión, ese tema era muy radical para ser cantado y que nosotros eramos demasiado jovenes. Seguro... Vaya instinto!! Elegimos otra canción de Sloan: "Let me Be"; en cualquier caso, todo salió bien. Barry tuvo un éxito, nosotros tuvimos un éxito y Flip pudo sacar su propio disco en donde estaba incluida "The Sins of a Family"; un opus clásico sobre los problemas de la familia norteamericana. Sloan, junto a Steve Barri, escribió un gran número de éxitos en los días de triunfo de Dunhill Records. Me pregunto dónde estará Sloan hoy en día. Todo cambia."
Notas de Howard Kaylan, The Turtles, 1985.
En efecto, en la cara B de este Volumen 10 de Nuggets y en el corte 6 estaba esa canción: "The Sins of The Family (fall on the daughter)"; escrita y cantada por el mismo P.F. Sloan. En la contraportada del disco se podía ver una foto de Barry McGuire y Sloan tocando la guitarra y con la armónica en plan folknicks. Esa canción y esa imagen me fascinaron... Y la pregunta se repitió en mi cabeza: ¿Quién era y dónde estaba P.F Sloan? La búsqueda empezó ese día y como iba a comprobar, Kaylan y el resto de The Turtles habían sido tan ingenuos como lo eran en la mayoría de sus canciones.
P.F. SLOAN, de nombre verdadero Philip Gary Schlein nació en Kew Gardens, Nueva York, el 18 de Septiembre de 1945, casualidades de la vida: El mismo día que mi querida madre. Todos los caminos me llevan a Sloan. La infancia de Phil Sloan la pasó en Queens, Nueva York, donde su padre tenía una farmacia. Y un tiempo después en Forest Hills.
Desde muy pequeño, Sloan tuvo un talento natural para la música y también para meterse en problemas. A los 6 años gana un concurso de cantantes al que le había llevado su hermana y el no querer ser farmaceutico como su padre ya estaba rondando su cabeza. Flip quería cantar.
Los recuerdos de la infancia de Sloan son felices, la típica familia de clase media: Un padre siempre currando, una madre protectora, una hermana-amiga, las primeras novietas, estar en la típica banda con las típicas gamberradas. También oir la radio y el recuerdo de los primeros vinilos, los amigos, las mudanzas buscando un futuro mejor.
Los inviernos en Nueva York son fríos y la artritis de su madre Clair, junto a los problemas de Flip en el colegio (gamberro!), decidieron a sus padres a irse de la gran ciudad. Les esperaba California. Los Angeles, más concretamente. El buen tiempo y unos parientes les hizo tomar la decisión. Primero viajaron Clair y sus dos hijos y meses después, tras arreglarlo todo, iría el padre. Fueron unos momentos duros para la familia, ya que el cambio era radical y alguno de los problemas que tenían en Nueva York se volvían a repetir. El origen judío de su nombre, por ejemplo, así que decidieron cambiarse en apellido por el de "Sloan". John Sloan (1871-1951) Pintor al aguafuerte e ilustrador de origen norteamericano favorito del padre, del que siempre tenía algun libro por casa.
Ya fue en esos años cuando floreció el interés de Flip por la música, y en todos los sentidos. Entre sus favoritos de aquellos años de infancia estaban: The Kingston Trio, The 4 Lads, The 4 Aces, The Platters y artistas folkies como Peter, Paul and Mary, Pete Seeger, Odetta, Woody Guthrie, Harry Belafonte, etc. Discos que sus padres ponían con insistencia, pero también había otros nombres como Elvis Presley, Chuck Berry... y una canción que le encantaba llamada "Just Goofed" de The Teen Queen (Betty y Rosie Collins), tema muy influido por el Blues de Chicago.
Junto al primer amigo que tuvo en Los Angeles, un compañero de instituto llamado Jerry Cargman, Sloan pasaba horas y horas escuchando música en un nuevo equipo stereo. Ya había aprendido a tocar el violín y su padre le regaló una guitarra ("...para que nunca estés solo, Phil") que se hizo su fiel compañera, aprendiendo todos los trucos y la técnica. Tomó unas clases pero enseguida lasdejó ya que se lo sabía todo y no le hacían falta. Un día encontró un Ukelele tirado en la basura y también aprendió a tocarlo! Se sabía todas las canciones de The Everly Brothers!
Cuando tenía 12 años, Sloan estaba en una tienda de música de Los Angeles y afinaba su guitarra. Un tumulto en la entrada del local llamó su atención. Elvis Presley estaba allí de promoción de sus discos y, en un momento dado se acercó a él:
- Hey, Chico ¿Qué haces con esa guitarra? -dijo Elvis.
- Bueno Señor, quiero aprender a tocarla -dijo Flip.
- Pienso que vas a aprender a tocarla muy bien -dijo Elvis haciéndole un guiño.
Pues sí, Flip siguió mejorando su técnica y su estilo. Por esos días vio un anuncio de audiciones públicas para un sello llamado Aladdin, en donde trabajaban artistas favoritos de Sloan como Shirley and Lee o su querido Thurston Harris. Sin pensarlo dos veces, Sloan se dirigió a las oficinas del sello y se puso a hacer cola. Era el único blanco de la cola. Por fin, le llegó su turno y tocó dos canciones: "Good Golly Miss Molly" de Little Richard y "I don't care if the sun don't shine" de Elvis. Le firmaron un contrato enseguida.
Aladdin Records no estaba interesado en otro chico blanco haciendo versiones de artistas negros, así que le instaron a componer temas propios. Sloan escribió 4 canciones. Sus primeras canciones. Dos de ellas fueron elegidas por el productor Bumps Blackwell para que las grabara. Eran "All I want is Loving" y "Little Girl in The Cabin"; dos canciones de amor basadas en sus relaciones con sus primeras novias. Las otras dos canciones fueron: "Me and My Girl" y "Ballade". Era el verano de 1959. Sloan tuvo que pedir permiso a sus padres para realizar estas grabaciones, aunque en las sesiones Sloan actuaba como si fuera un outsider más. Un solitario.
El single con las dos primeras canciones salió con Aladdin en esas Navidades... y en la portada ponía: FLIP SLOAN... ¡¡Tenía 14 años!! Por supuesto, el disco pasó desapercibido y Aladdin fue engullido por otro sello mayor. Estaba claro que Sloan no iba a ser el siguiente Paul Anka. Pero Sloan, tras un tiempo de desesperanza juvenil, siguió escribiendo canciones. Material propio. También siguió buscando otros posibles contactos. Se presentó en las oficinas de Mart Records, que estaban dirigidos por Marty Melcher (esposo de Doris Day y padre de Terry Melcher) y le cantó el par de canciones. Marty Melcher se quedó encantado.
Era 1960 y Sloan volvía a grabar dos canciones originales: "She's my girl" y "If you believe", que salieron en otro single... pero ya como PHIL SLOAN. ¡Con 15 años eso de "FLIP" ya no era lo más indicado!! Sloan grabó varias canciones en esas sesiones pero solo fueron utilizadas esas dos. Una mezcla entre Ricky Nelson y Elvis y siempre inspirándose en las chicas que conocía. Tampoco pasó nada especial con ese single.
Después de estas experiencias, Sloan entró en una banda estudiantil llamada The Continentals, en donde tocaba la guitarra eléctrica por primera vez. Para él era como estar en el cielo: Fiestas, más chicas, versiones de los éxitos del día, ejerciendo de "veterano" y también de aprendizaje continuo. Aquel fue un buen momento.
Mientras tanto, Sloan seguía componiendo música. Consiguió una grabadora y así podía guardar los temas que iba escribiendo. Ya era todo un californiano en aspecto y en ideas. Su hermana le consiguió un contrato, esta vez con Bluebird Records. Uno de los muchos sellos de la Avenida Melrose en Hollywood. La oferta era para poner voz a dos canciones que no eran suyas, pero Sloan vio una oportunidad más y aceptó. No se sabe muy bien si la oferta fue porque uno de los dueños de Bluebird estaba enamorado de su hermana, o porque realmente estaba interesado. Aquel truco de poner la voz en las maquetas de otros era muy utilizado por las compañías. Una especie de estafa legal. Una tarde, esperando en las oficinas de Bluebird, Sloan conoció a Steve Venet, hermano de Nick Venet que era un gran productor. Steve Venet oyó las canciones de Sloan y se lo llevó a Screen Gems, de Columbia Music, pensando que allí se interesarían por él. Sloan pasó 6 meses yendo todas las tardes a aquellas oficinas y enseñándole sus canciones a todo el mundo. Ya tenía unas 80 canciones propias. Steve Venet aconsejó a uno de los productores a sueldo de la Columbia que escuchara las canciones de Sloan. Aquel productor era Lou Adler y como estaba ocupado con otros artistas, se negó durante meses y meses. La insistencia de Sloan, quedándose en aquellas oficinas e incluso haciéndose amigo de la secretaria o llevando los cafes, y de Venet, convencieron a Adler que, por fin, le hizo una audición a Sloan. Éste tocó 25 de sus canciones, hasta que Lou Adler le dijo: "¡Apestan! Vete de una vez de estas oficinas!!"
Cosas de la vida; en la oficina de al lado y durante todo el rato que Sloan estuvo cantando una canción tras otra, estaba Al Nevins, presidente de Columbia por aquel tiempo. Se acercó a la sala de audiciones y le dijo a Adler: "No sabes una mierda. Hazle un contrato a este chico ahora mismo." Desde aquel instante, Adler odió a Sloan.
Sloan fue contratado como compositor pero sin un salario fijo, y es que aún seguía en el instituto. Era algo así como: Tú escribe canciones que ya veremos...
La unión entre P.F. Sloan y Steve Barri (Stephan Barry Lipkin) no fue una casualidad pero sí una decisión fortuita de Lou Adler. Eran dos jóvenes compositores que habían intentado una carrera en solitario y pronto se iba a dar cuenta de que aquella pareja era capaz de tocar, producir y arreglar canciones... y en el caso de Sloan, que también era todo un guitarrista de categoría superior.
Steve Barri, 7 años mayor que Sloan, había hecho un camino parecido. Escribiendo canciones en solitario o con otros, enseñándolas a diferentes sellos, grabando singles con nombres como The Nortones, y siendo contratado por Rona Records. También trabajando con Carol Connors en The Storytellers y teniendo algún hit local. Se podía considerar que era ya profesional.
Adler les juntó en una habitación y les dijo que escribieran canciones a medias. Así fue durante los siguientes dos años, casi como un entrenamiento. Fue una conexión mágica y rápida. Una magia artística había surgido entre ellos y escribieron cientos de canciones. Era el año 1964 y el tándem SLOAN/BARRI se convirtió en el equivalente en la Costa Oeste a los Goffin/King, Mann/Weill o Greenwich/Barry de la Costa Este.
Los lunes por la mañana, Adler les daba una lista de 30 nombres de grupos o solistas que necesitaban canciones nuevas para seguir con sus éxitos... y toda la semana, cada día, durante 5 ó 6 horas, Phil y Steve hacían unas demos que se enseñaban a los artistas y productores para que eligiesen. A veces ellos mismos tocaban, a veces participaban músicos de sesión como Hal Blaine, Larry Knetchel, Leon Russell o coristas como Darlene Love... ¡¡Todo por 15 dólares la hora!!! Trabajaban en las oficinas de Screen Gems, en sus casas, las ideas fluían constantemente. Muchas veces esas demos eran rechazadas y se perdían en el limbo de las canciones perdidas. Otras llegaban a las listas, algunas pasaron a la historia del Pop.
En Marzo de 1964, Lou Adler, Bobby Roberts y Pierre Cosette formaron Dunhill Productions. La editora musical de esta compañía era Trousdale Music. Allí estaban Jan & Dean, Shelley Fabares y Johnny Rivers, entre otros. Adler ofreció a PF SLoan y Steve Barri irse con él a la nueva compañía, y era algo a lo que los dos no podían negarse. Por consiguiente, todo el trabajo del duo pasó a manos de Dunhill y Trousdale.
Lou Adler también tenía sus trapicheos con otros sellos, como Vee Jay Records por ejemplo, y el duo tambien compuso temas para artistas de Vee Jay como Ivonne Carroll, Betty Everett, Keith Colley, Ann Margret (geniales "Someday Soon" y "He's My Man"), entre otros.
Por esos días, Sloan conoce a Brian Epstein, que le regala un par de entradas en primera fila para ver a The Beatles. Sloan regala las entradas y se pone a verlos en las filas del fondo, dándose cuenta de que aquellos tipos tenían algo muy especial. También por este tiempo, Jan & Dean... ¡los efebos del Surf! (Juan de Pablos dixit), quieren que Sloan y Barri compongan para ellos y hablan con Lou Adler para que ésta colaboración se haga real... y gratis claro!! Sloan estaba emocionado ya que siempre había sido un gran fan de ellos, pero por otro lado tanto él como Barri querían asegurar el futuro (Barri estaba casado y tenía hijos) económico. En cualquier caso, las estrellas son las estrellas. Sloan y Barri escribieron muchas demos para ellos y colaboraron con voces en sus discos. Aquí llegaba la etapa surfera de P.F SLOAN.
Durante la primera semana de Junio de 1964, Sloan y Barri tienen la oportunidad de llevar adelante lo que era un proyecto propio: una de las bandas de Surf y Hot Rod por excelencia. Eran The Fantastic Baggys... o los Baggys antes de que Mick Jagger los oyera y dijera aquello de: "Fantastic!!".
Había llegado un punto en que Lou Adler confiaba tanto en ellos y, sobre todo, en los dólares que le podían hacer ganar, que les dejó que se metieran en el estudio y grabaran un Lp entero. "Tell 'Em I'm Surfin", 1964 fue editado en el sello Imperial Records y Sloan tocaba la guitarra, el piano y el órgano en todas las canciones, aparte de cantar. Estaba acompañado por los eternos Hal Blaine (batería), Ray Pohman (bajo), Tommy Tedesco (guitarras) y Leon Russell (más teclados). Aquel disco era como el cruce perfecto entre las armonías de The Beach Boys y la energía de Jan & Dean. Un pequeño clásico de la Surf music y en pleno apogeo. Como curiosidad decir que en la portada salía el viejo amigo de Sloan: Jerry Cargman, casi haciendo de James Dean! Es un disco perfecto para el camino a la playa.
Dos semanas antes de que este disco estuviera en la calle, Terry Melcher (hijo de Doris Day) llamó a Sloan para hacer su propia versión de uno de los temas del disco y que iba a ser un éxito: "Summer Means Fun". Bajo el nombre de Bruce & Terry llegó a las listas y se convirtió en un ejemplo claro del sonido de California, del mito californiano en el sentido artístico y social. La canción también fue un éxito en Hawaii y allí se fueron de gira: Jan & Dean, The Beach Boys, Bruce & Terry y Sloan como guitarrista, voces y bajista eventual (lo aprendió a tocar en días). Steve Barri no viajó ya que no tocaba ningún instrumento y en cualquier caso, los Baggys eran un grupo de estudio.
Las colaboraciones con Jan & Dean siguieron, así como con Terry Melcher y su nueva creación: The Rip Chords.
En la mitad de 1964, la Invasión Británica estaba en pleno apogeo y algunos cambios empezaban a ocurrir en la escena musical norteamericana, menos en California que, por ahora, funcionaba igual. Las primeras demos de The Beatles habían caido en manos de Lou Adler, pero no supo que hacer con ellas, incluso llegando a pensar que un grupo inglés no iba a triunfar en los Estados Unidos. Sloan se ofreció a comprar esas demos, pero entonces, Adler desconfiado, llamó a Brian Epstein y le dijo que le conseguiría un sello discográfico en Inglaterra. "Lou, serán más grandes que Elvis" -le dijo Sloan. Adler se puso en contacto con su amigo Jay Lasker, de Vee Jay Records y le pasó el "Love me Do", pero no triunfó. Tiempo después, Capitol editaría el "I wanna hold your hand" y el resto ya se sabe. Adler y Lasker llegaron a tener 6 ó 7 de aquellas maquetas.
A finales de Octubre de 1964, un concierto iba a pasar a la historia del Rock. Se trataba del First Annual T.A.M.I Show en Santa Mónica, Teenage Awards Music International, y todo se iba a filmar con un nuevo sistema llamado Electronovision. El cartel era impresionante: The Beach Boys, Chuck Berry, James Brown and The Flames, The Barbarians, Marvin Gaye, Gerry and The Pacemakers, Lesley Gore, Jan & Dean como maestros de ceremonias, Billy J. Kramer and The Dakotas, Smokey Robinson and The Miracles, The Supremes y The Rolling Stones. La película se vio en todo el país y P.F. Sloan y Steve Barry compusieron la canción oficial: "Theme from the T.A.M.I Show". Lo cierto es que no fueron invitados ni a ir ni a participar, y entre Lou Adler y Jay Lasker se echaron las culpas de aquel feo que solo era el principio de los problemas para Sloan.
De 1961 a 1964, Bob Dylan había salido del Underground Neoyorquino y The Byrds grabaron el "Mr. Tambourine Man", así que los gustos de la juventud estaban cambiando. Jan & Dean sacaron un Lp llamado: "Folk & Roll" en 1965 que se apuntaba a las nuevas modas y gustos. Sloan y Barri colaboraron con el "I Found a Girl" o el "Where were you when I needed you" y en estos temas ya aparecía como firma el P.F. SLOAN; P por Philip y F por Flip. En este Lp ya aparecía el "Eve of Destruction" pero con la letra cambiada por Jan Berry y dirigida a un público más juvenil.
Uno de los siguientes trabajos del duo de compositores fue escribir canciones para un cantante canadiense llamado Terry Black, algo parecido a Fabian y que consiguió varios singles de éxito. En la mente de Sloan se empezaba a fraguar la idea de escribir otro tipo de material, pero tenía que seguir escribiendo canciones para Shelley Fabares y creando grupos fantasmas en los estudios: The LifeGuards, The Wildcats, The Rally Packs, Themes Inc... Salió algún single más de los Fantastic Baggys que no tuvo mucho éxito pero que sí triunfó en Suramérica en donde había llegado la fiebre del Surf. Así que Lou Adler quiso aprovecharse y editar un segundo Lp. En 1965 se publicó: "Ride The Wild Surf"; Sloan y Barri se habían hartado de los Baggys y, para ellos, el nombre ya había quedado atrás. Así que el disco era una recopilación de caras B, outtakes y un grupo de músicos que les imitaban. La historia del Pop está llena de detalles así. En fin, las últimas demos que habían salido del duo Sloan/Barri habían sido "Hot Rod U.S.A" y "(Goes to show) Just how wrong you can be"; ésta última como ejemplo claro de que el estilo estaba cambiando del Surf al Folk Rock.
Aquella actuación de Bob Dylan en el Festival de Newport había sido una especie de bomba de relojería. Se podían hacer canciones que significaran algo más que amor y diversión, y también podían tener ritmo, guitarras y baterías. Los últimos coletazos de los sonidos surferos (Willie and the Wheels) vieron a Sloan tocando la guitara en la Rincon Surfside Band y en las grabaciones de Hal "Drummer Man" Blaine, un buen amigo. También colaboraron con The Iguanas, un grupo beat de mejicanos, con The Ginger Snaps (el grupo de Dandee Dawson), y varios singles deliciosos con The Thomas Group para los que escribieron "Penny Arcade" a principios de 1966.
Sloan ya pensaba decididamente en una carrera en solitario pero Dunhill no le permitía el desarrollarse como artista. Lou Adler no olvidaba tan facilmente y Sloan estaba atado de manos. En esos momentos, Sloan estaba inmerso en una vorágine de escribir canciones para The Turtles, Barry McGuire, The Mama's and The Papa's, Jan & Dean, los Baggys y otro invento nuevo: The Grass Roots... Para ganarse la vida tocaba la guitarra en algunos anuncios de cerveza y también trabajaba como músico de sesión en varios estudios de grabación de otra gente. Siguió escribiendo canciones a medias con Steve Barri, pero estaba más interesado en su propio material, aparte de ejercer como productor.
En esos momentos, P.F. Sloan tenía 20 años.
*** FIN DE LA PRIMERA PARTE

La Familia capítulo 8

Los miembros de La Familia solían ser encerrados en cárceles diferentes para que no se pudieran mandar mensajes entre ellos. Esto de las redadas sucedía bastante en ese momento a causa de chivatazos de otras comunas, impagos de mercancía o drogas, objetos robados, denuncias de violaciones o desapariciones, peleas y quejas varias.
Los Servicios Sociales se solían hacer cargo de los niños de La Familia en estos casos.
También el LSD derrite cerebros y caderas.
Charlie Manson y muchos de sus seguidores ya llevaban un mes en la cárcel cuando alguien habló demasiado. Es una de las cosas que es gratis en cualquier cárcel del mundo. Hablas y hablas y fumas, y vuelves a hablar en las comidas y en los pequeños paseos. Y fumas.
Fue Susan 'Sadie Mae' Atkins quien le habló a su compañera de celda de todo lo que había hecho en los últimos meses. Ella los conocía bien. Había estado en los dos lugares de los crímenes, y se había divertido muchísimo.
"Yo la quería, tía, y para poder asesinarla, debí matar a parte de mí misma. Tienes que amar realmente y de corazón para hacer esto por la gente." Lo dijo Susan Atkins a su compañera de celda hablando sobre Sharon Tate.
Otra de las cosas que puedes hacer en la cárcel es buscarte la vida para estar mejor dentro o incluso para salir antes. Así es que esta historia llegó a la policía, que aún seguía dando palos de ciego. No todos los policías eso sí.
Aquí parece que la historia se acaba pero solo está empezando a desarrollarse. Silencio, se rueda. Hay veces que es difícil darse cuenta de los avisos y más si estos vienen de Manson, aquel que llegó a utilizar más de 17 nombres diferentes.
Charlie Guenther fue el hombre que abrió el caso Manson. Fue el policía que investigó el asesinato de Gary Hinman en la sección de homicidios de la oficina del sheriff de la ciudad de Los Angeles y el que detuvo a Mary Brunner y Bobby Beausoleil, que habían escrito las palabras 'cerdo' y 'cerdo político' en la pared cuando llevaron a cabo el asesinato. Pintadas similares aparecieron en el lugar de los crímenes Tate-LaBianca.
Guenther había resuelto casi del todo el caso Hinman y así lo hizo saber al Departamento de Policía de L.A. No le hicieron demasiado caso ya que la investigación oficial se dirigía hacia un asesinato por drogas. En la casa de Cielo Drive encontraron todo tipo de estupefacientes, también en la guantera de los coches de los invitados. La droga era de Wojciech Frykowski, el buen amigo de Polanski.
Brunner y Beausoleil estaban en la cárcel cuando los asesinatos y tras varios interrogatorios, Guenther les dijo a sus compañeros policías que investigaran en el Spahn Ranch, hablándoles someramente de un tipo medio loco que estaba allí con un grupo de hippies. Estos avisos fueron ignorados.
Los asesinatos se empezarían a resolver meses después y el juicio consiguiente fue uno de los más caros y largos de la historia criminal de Los Angeles. Costó un millón de dólares de la época y empezó en la mitad del mes de Junio de 1970.
Fue designado un primer juez de apellido Keene pero fue denegado por La Familia y tomó el puesto el juez Charles Older, que mantuvo casi secuestrado al Jurado durante todo el tiempo para que no se sintieran influidos por el ambiente.
El fiscal acusador fue Vincent Bugliosi que después escribiría el libro Helter Skelter: The true story of the Manson murders, y que habló de los asesinatos como "probablemente los asesinatos en masa más raros que hemos tenido en America."
En la novela Anatomía de un asesinato de Robert Traver se puede leer el siguiente texto acerca de los fiscales:
"El Fiscal tiene, por necesidad, una especial mentalidad —había escrito John Mason Brown— de agilidad abrumadora, sinuosa, que no se desanima, siempre dispuesta a tender trampas. Tiene una gran tendencia a desenfocar los asuntos, y por instinto se basa en la confusión y florece sobre la debilidad. Solo busca la destrucción, que luego presenta con honrosas cicatrices. Su deber es despertar dudas o provocar sospechas. Hace preguntas, no para saber, sino para condenar, y ve culpabilidad en la más inocente de las respuestas. Su único propósito, lo único que pretende, es obligar a un testigo a confesar acorralándole, agotándole o enfurenciéndole hasta provocarle a indiscreciones verbales que parezcan reconocimientos de culpabilidad. A los naturales fallos de la memoria le da aspecto de estratagemas para ocultar el delito, o lo que es mucho peor, de embustes deliberados. Cortesía que oculta sus propósitos y que envuelve al testigo, sarcasmos que le hieren, sorpresa, desfiguración de respuestas por medio de ironías, asociar hechos diversos o sugerencias, negar todo derecho de la parte contraria... Estos son los métodos y sistemas que su especial mentalidad sugiere al Fiscal para conseguir su propósito". Curiosas coincidencias.
Charles Manson y La Familia no quisieron defensores pero después se les obligó a aceptar un abogado de oficio. El primero que tuvieron se llamaba Ronald Hughes, y en un momento dado del juicio, quiso retirarse y así se lo dijo al juez Older. Meses después, Hughes apareció asesinado.
La autodefensa de Manson consistía en darle la vuelta a todo y echarle la culpa a la sociedad y los jueces con su supuesta justicia.
El 11 de junio de 1970, por fuera de los juzgados, varios miembros de La Familia que estaban en libertad montaron un gran happening en donde se hacían los crucificados.
"Alguien le debería cortar la cabeza", fue una frase que le dijo Manson al juez Older, mientras el resto de acusados se ponía en pie y empezaba un extraño recitado en latín.
Manson explicaba en largos parlamentos que los crímenes habían sido actos de amor, pero las amenazas siguieron hasta el final del juicio.
Cuando le preguntaron a Susan 'Sadie Mae' Atkins si la muerte de ocho personas no le parecía algo importante, Sadie Mae contestó que por lo menos las encontraba tan importantes como las miles de muertes por napalm en Vietnam.
El reportero del periódico Headlines Justice, Theo Wilson, dijo que el juicio, los diez interminables meses de juicio fueron increíbles, con testimonios que iban de lo más horripilante a lo más ridículo y humorístico, con testigos que tenían nombres como 'Lotsapoppa', 'Snake' o 'Ouisch', con todo tipo de trucos de efecto, con la prensa montando un espectáculo televisivo, con amenazas de suicidios colectivos y todo tipo de destrucción apocalíptica, con ese abogado defensor que se rinde ante tremendo disparate y desaparece de la escena para aparecer muerto, ahogado y crucificado en las afueras de Los Angeles, justo el día que se sabe la sentencia. Todo increíble, todo real.
Miembros femeninos de La Familia se congregaban a diario ante las puertas del Tribunal donde se celebraba el juicio, recitando los pasajes favoritos de la Biblia y dedicándoselos a ese megalomaníaco depresivo llamado Charlie Manson.
"Nunca pretendí que me maltratase; por el contrario, ansiaba vívamente volverme distinta para agradarle; Charlie sabía que la única manera de que yo pensase y viese las cosas de modo diferente, era obrar así." Stephanie Schram, miembro de La Familia.

La Familia capítulo 7

De boca de uno de los miembros de La Familia que participaron en los asesinatos, Susan 'Sadie Mae' Atkins salieron estas palabras que fueron realizadas en el juicio más largo de la historia de los Estados Unidos, hasta ese momento:
"Esta será la síntesis de las guerras que alguna vez hayan librado unos contra otros... No puede concebirse lo que será; que cada hombre se juzgue a sí mismo y su juicio condene a todo hombre sobre la faz de la tierra."
Como ya se ha dicho: una guerra racial. Eso es lo que buscaba Charles Manson. Según alguno de los discursos que dio a sus seguidores, la Muerte no tenía importancia ya que solo era un cambio, pues el alma no podía morir. También era un gesto de amor hacia los demás y uno mismo. El hecho cierto es que no pasó nada más allá del amarillismo y de las especulaciones que no estuviera pasando ya por esos momentos. La sociedad de Los Angeles ya estaba acostumbrada a todo tipo de historias raras. ¡Hollywoodland! ¿Crímenes sin sentido? A montones, todos los que quieras y más. El revuelo vendría más tarde.
Al mes siguiente de los asesinatos La Familia volvería al Death Valley, un lugar lejano y seguro. Atrás quedaron Bobby Beausoleil y Mary Brunner, arrestados entre los primeros y los segundos asesinatos por la muerte de Gary Hinman. Algo más tarde, Susan Atkins también entró en prisión preventiva acusada de complicidad en ese asesinato. Cuando Manson incendió un tractor de la policía local, la policia volvió a hacer una redada en el rancho y arrestó a todos los hippies que vio por allí.

La Familia capítulo 6

Sharon Tate, la actriz y mujer del cineasta polaco Roman Polanski, era una de ellas. Estaba embarazada de ocho meses y medio y era este matrimonio el que le había alquilado la casa a Terry Melcher. Polanski se encontraba rodando en Londres y Sharon Tate tenía tres invitados a cenar; dos hombres y una mujer. Después de la cena, los invitados tomaron MDA, una droga psicodélica, fumaron y bebieron.
La actriz se mantuvo limpia todo el tiempo, pero los demás viajaban y volaban viendo fuegos artificiales. La música sonaba a todo volumen y la televisión estaba puesta. No oyeron el coche que traía a los miembros de La Familia, vestidos de negro como solían hacerlo para sus excursiones nocturnas. En la entrada del rancho se encontraron con un chico joven que estaba visitando al portero. Este chico se llamaba Steven Parent. Le dispararon varias veces, uno de los disparos a bocajarro fue en la cabeza. También recibió varias puñaladas y le dejaron tirado en la carretera.
Cuando entraron a la mansión, Charles 'Tex' Watson gritó: "Soy el diablo y vengo a por mis negocios." Después mataron a Sharon Tate y a sus tres invitados. A los hombres les dispararon varias veces y a la otra mujer la acuchillaron. Próximos al cuerpo de Steven Parent, pero aún en la entrada de la casa estaban los cadáveres de Abigail Folger, heredera de una fortuna que venía del café, y de Wojciech (Voytek) Frykowski, al que sus amigos llamaban 'Jay', que era amigo personal de Polanski.
Sus cuerpos tenían diferentes heridas, Frykowski tenía varios disparos de pistola por todo el cuerpo. En la sala de estar de la casa estaba el cuerpo de Jay Sebring, el peluquero de las estrellas, con varios disparos en las costillas. La escena era como si hubieran ido desperdigando muerte y arrasando con todo. Tras ser acuchillada varias veces, colgaron a Sharon Tate de una viga que había en la sala y con su sangre, escribieron la palabra Pig en varias paredes de la casa. Todo sucedió muy rápido y la música había dejado de sonar.
Muy temprano a la mañana siguiente, una doncella descubrió los cadáveres y la grotesca escena y sale gritando a la calle. La policía fue avisada por el portero de la mansión y ya las primeras ediciones de los periódicos norteamericanos daban con grandes titulares la triste noticia. Por cierto, el portero que era el amigo al que Steven Parent había ido a visitar, se llamaba William Garretson y fue uno de los primeros sospechosos. Tuvo que pasar el polígrafo para quedar en libertad.
Estos macabros asesinatos crearon la sensación que Charles Manson había buscado.
El día después, La Familia estuvo pegada todo el día a los telediarios de la televisión, viendo con satisfacción lo que habían hecho. Por la tarde-noche, una ola en la búsqueda de la seguridad inundó a todas las familias de Los Angeles.
En cada casa una pistola y un perro ladrando. Aquél fue un verano muy caluroso.
Manson decidió que había que atacar otra vez mientras todo el mundo estuviera pendiente de aquello. La confusión tenía que seguir. Entre unos asesinatos y los que estaban a punto de suceder, miembros de La Familia fueron arrestados por el robo de coches en una redada en el Spahn Ranch. No hay que olvidar que ya había sido arrestado Bobby Beausoleil por sospechoso del asesinato de Gary Hinman, así que no participó en estos asesinatos por estar en la cárcel.
También hubo otra redada con detenidos en el Barker Ranch, pero por delitos menores. Solo unas horas de los asesinatos de Cielo Drive, La Familia tomó LSD juntos y Manson eligió a seis miembros a los que acompañó a una casa de un distrito de Los Angeles, muy famoso por las familias adineradas que vivían en él. Se llamaba Los Feliz District. En la casa vivía el dueño de una cadena de supermercados, Leno LaBianca y su esposa
Manson entró silenciosamente en la casa y calmó a los perros que la vigilaban. Armado de una pistola llegó hasta el dormitorio de los LaBianca. Les despertó amenazándoles con la pistola y los llevó a la sala de estar en donde les ató. Salió de la habitación y envió a tres miembros de La Familia -los mismos que en el anterior asesinato- a que cumplieran sus órdenes. Éstos separaron al matrimonio de habitación y los mataron.
A Rosemary la mataron anundándole en el cuello el cable de una lámpara mientras la acuchillaban. A Leno LaBianca le acuchillaron. Entre los dos cuerpos eran más de 67 cuchilladas.
Volvieron a escribir en las paredes. Esta vez las frases eran 'Death to pigs' que se podía leer en una puerta escrita con sangre, también la palabra 'rise' y por fin, 'Helter Skelter'; la clave de Manson para su revolución entre blancos y negros.
Cuando los miembros de La Familia terminaron con los LaBianca, pasaron a la cocina y cenaron opiparamente. Se entretuvieron dándole de comer a los perros y después se dieron una ducha. Después se fueron. Sin más. Noche cerrada.
Los asesinos desconocían a las siete personas que habían matado en pocas horas. Solo eran símbolos para ellos. Simplemente fueron asesinadas porque Manson decidió: "Ahora es el momento de la confusión". Pero... ¿Cual era ese momento? Según Manson, tenía que ser la última guerra sobre la faz del planeta. ¿La madre de todas las guerras? ¿De qué me suena esto?