lunes, 9 de septiembre de 2013

Los Bravos: cuentos de nuestros antepasados

Cuando en España, a finales de los años 50, se mencionaba la palabra Rock and Roll, se pensaba en la barbarie y sin duda la reserva espiritual de Europa pensaba aquello del "no pasarán". Y es que esos "salvajes" atentaban contra los principios más sagrados de la tradicional familia española, pura y sin adulterar. Eso era cosa de los americanos, o de otros países igual de "corrompidos". Aquí nos bastaban nuestros ritmos más o menos coloniales a base de maracas, corazoncitos de melón, o a lo sumo el "bugui bugui estruendoso y terrible de Bing Crosby o Frank Sinatra" (que sí, que se decía asi).

Y llegaban algunas cositas: Elvis Presley, Bill Haley, y hasta Tennessee Ernie Ford (increíble en la España del 58). Pero todavía no pasábamos de ahí. Cuando Bill Haley rechonchito y bonachón hizo su primera gira por Gran Bretaña, llegaron a España fotos que publicaron las revistas esas de siempre en las que se le veía comer con unos comentarios del tipo: "Reponiendo fuerzas para atacar la segunda sesión de agotadora y salvaje música."

Y cuando se vinieron a dar cuenta los amantes de lo tradicional y lo puramente español, resulta que su juventud, la que ellos habían criado con tanto mimo y celo, se les había contaminado y contagiado de esa histeria. Y a principios de los 60 en Madrid, en el Circo Price, se organizan unos festivales para ellos, con ruido y movimientos indecentes y provocadores. Ni los periódicos ni las fuerzas de orden público entendían nada. Porque aquéllos, con la ironía paternal que les caracteriza, publicaban breves comentarios buscándole una explicación a lo que ocurría en cada matinal del Price. Y existen testimonios que dan fe de los agentes que para mantener un orden, que nunca se alteró, le preguntaban a los organizadores que para qué se reunía allí tanta gente. La fabulosa revista que salió por aquel entonces, Fonorama, dejó constancia de lo que allí sucedió y de lo que aquellos pioneros sembraron e hicieron por el Rock Español.

Muchos eran los grupos y los cantantes que empezaban. Unos mejores y otros peores. Y muchos los cambios e intercambios que entre ellos se operaban. La tónica de alteraciones en los grupos siguió hasta 1964, año en que desaparecieron muchos (Estudiantes), se retocaron otros (Mike Ríos pasa a ser Miguel Ríos, los Pekenikes cambian varias veces de cantantes: Junior, Juan Pardo), o se consolidan otros (Sirex, Micki y los Tonis o Relámpagos). Pero algo estaba cambiando, al menos en la imagen cara al público.

Y es que tras la desaparición de los Estudiantes, se forma un grupo llamado los Brincos, que a finales del 64 se lanzan a por todas con un single y un elepé. Y ganan, por lo menos hasta más de un año después.

LOS SONOR, EL PRINCIPIO

Nuestra historia en realidad empieza aquí. Nos encontramos a mediados de 1965. Estamos en Mallorca. Existe el ambiente clásico de las salas de fiesta para turistas con las cosas de siempre. En una toca un grupo español que lleva grabados varios discos en España: los Sonor. El grupo -formado por Carlos Guitart, Jorge Matei, Manolo Fernández y Tony Martínez, y eran realmente conocidos en el país. Por aquel entonces existe una necesidad de renovación dentro del grupo. Se había convertido en un grupo pasado y cansado de sus instrumentales y que intentaba complacer las peticiones del público tocando cosas a la moda pero que no las hacía como debía porque faltaba algo.

Ese algo lo encontró Manolo un día en otro club llamado Jaima. Allí estaban tocando Mike & The Runaways. El grupo había vendido poco el extended piay que habían sacado con EMI y vivía de sus actuaciones. Tony nos contaba:
"Cuando Manolo y yo fuimos a ver a Mike con ánimos de llevarlo con los Sonor, éste nos contestó que sí pero que a condición de coger a Miguel. Esto nos hubiera planteado problemas pero resulta que Carlos Guitart tenía en mente formar otra cosa (Los Flecos) y se nos quedaba vacante justamente el puesto que ocuparía Miguel, el bajo. Le contestamos que de acuerdo y quedamos en Madrid para empezar a tocar juntos. Nosotros teníamos un compromiso para ir a tocar a Sevilla y al final nos reunimos en Andalucía. Allí estuvimos probando cosas ya, pero los ensayos en serio sólo empezaron en Madrid. Y comienza la gira de las discotecas de siempre."

En Madrid, los Sonor siguieron con su flamante cantante. Manolo le decía a menudo a Tony que tenía el presentimiento de que iban a ser importantes. Y un día se encuentran con Manolo Díaz, antiguo guitarrista de los Sonor, que se había marchado a Liberia y dejado su plaza a Tony. Manolo se encuentra sorprendido por la facilidad en la escena de Mike, y la fuerza que ha adquirido el grupo. Y se pone en contacto con Alain Milhaud, director artístico en aquel entonces en discos Columbia, que se dirige al Club América a ver a los Bravos.

"Yo pensaba que se trataba de otro grupo -nos dice el señor Milhaud-. Pero al final me quedé para oir a los Sonor. Me llamó la atención la actuación de Mike, que armaba un jaleo de mil demonios. Todos los grupos que yo había visto hasta entonces no tenían nada que ver con aquello, el tío se movía como nadie, tenía mucho instinto, mucho estilo y comunicaba inmediatamente con el público. Aquello era rock puro que poco tenía que ver con los Brincos."

La gente que frecuentaba las salas de fiestas por allí como por el resto de España no era tampoco gente demasiado joven. Se trataba de mayores de 18 años, al existir un control muy estricto, y con cierto poder adquisitivo, por el precio de las entradas; la media oscilaba entre los 25 años. Alain Milhaud sigue contándonos:
"Al acabar la actuación, pedían otra, otra, y yo la verdad que estaba bastante impresionado. Me acerqué a charlar con Mike para entablar un contacto con él. Traté de hacerlo en alemán para que le fuera más fácil pero a pesar de eso no quiso contestarme gran cosa, era muy salvaje. Lo único que me contestó era que el jefe del grupo era un tal Manolo y que era con él con quien debía ponerme en contacto. Con Manolo tuve así el primer contacto y quedamos en vernos en las oficinas de Columbia."

Los Sonor tenían aún contrato vigente con la casa discográfica Philips, con la que ya habían grabado. El grupo al contratar a Mike, un cantante, sabía que había dejado de ser un grupo eminentemente instrumental para convertirse en otra cosa. O no lo sabía. De lo que se enteró después era de que su casa discográfica no estaba de acuerdo con el ajuste y nuevo enfoque del grupo y el contrato quedó rescindido y los Sonor con la carta de libertad en el bolsillo.

Las conversaciones no fueron demasiado laboriosas entre Alain Milhaud y el grupo. Los chicos que componían el grupo, jóvenes y sin mucha experiencia en estas cosas se dejaron convencer por todo lo que les prometían y firmaron su contrato con Columbia S.A. Alain Milhaud les prometía un lanzamiento a gran escala y con despliegue de fuerzas, apoyo promocional y no sé cuántas cosas más que ni él mismo sabía cómo empezar. Lo que sí tenía claro en su mente el nuevo manager del grupo es que era fundamental controlar su carrera discográfica y sus actuaciones. Milhaud quería tener voz y voto en lo de escoger los locales y las condiciones para actuar. Y así se lo expuso al grupo.

Empezaron los ensayos con nuevo material. Se trataba de canciones de Manolo Díaz, y de un nuevo equipo de sonido con dinero que la casa discográfica les había adelantado. Aquí fue cuando ocurrió la separación de Jorge Matei del grupo y que fue sustituido por un catalán llamado Pablo Sanllehí que estaba tocando con un dúo de cómicos llamados Jack Lacaienne y Gelsomina. (Jorge se marcha con los Pekenikes.)

Menos de un mes después, se anuncia la actuación de los Sonor en un programa de televisión (14h20 musical):
"Los nuevos Sonor, reformados y con nuevo brío: el grupo está formado por: Tony Martínez (guitarra) nacido en Madrid en 1944, Miguel Vicens (bajo) La Coruña 1943, Michael Volker Kogel (cantante) Berlín 1944, Manuel Fernández (teclado) Sevilla 1942, y Pablo Sanllehí (batería) Barcelona 1943. Tocarán canciones de su nuevo repertorio."

Así se anunciaron y tocaron dos canciones aquel 4 de diciembre de 1965: el n° 1 inglés "It's not unusual" de Tom Jones y lo último conocido de los Animals: "We've gotta get out of this place" (que aquí no había salido aún).

Por aquel entonces se hallan haciendo milagros en los estudios de la Columbia. Tenían que grabar sus 4 canciones en unos estudios que no estaban preparados para grabar guitarras eléctricas. Estos estudios, que databan de la época de la posguerra, estaban preparados para grabar zarzuelas y el material tradicional de la casa discográfica y en esas condiciones había que hacer el disco. Se escogieron temas de Manolo Díaz que tuvo a su cargo toda la dirección musical del disco. "No sé mi nombre" sería el tema estrella del sencillo.

"- Mike ya nos hizo una de las suyas a la hora de empezar a grabar. Más tarde nos acostumbraría, pero por aquel entonces me chocó bastante su actitud. Dijo que él no pensaba cantar y grabar en español, que él en ese idioma no cantaba. Al final le convecimos entre todos. Y se hizo el disco."

Milhaud, con el plástico en la mano ya no sabía muy bien qué hacer, nos contaba hace poco. Les había prometido un lanzamiento fabuloso y ahora le tocaba a él actuar:
"Pensé en la cadena SER que era la emisora que más se movía en aquella época. Fui a ver a Tomás Martín Blanco, charlamos, y quedamos para una actuación un domingo por la mañana. Recuerdo lo que se armó ese día con la actuación de los chicos: las chicas presentes chillaban, se desmayaban. Todo era espontáneo y te aseguro que no había nada preparado durante aquellas primeras actuaciones. Hubiera sido una tontería. Eso se puede hacer luego para mantener a un grupo, pero al principio, o funciona o mejor olvidarse. Aquello impresionó a Martín Blanco y empezamos a estudiar el problema."

Y... LOS BRAVOS

Se montó un show publicitario de que el grupo estaba en un callejón sin salida, al borde de la separación y que al grupo había que salvarlo. En definitiva, que estaban a la altura de otros grupos internacionales y que lo que la banda necesitaba era un nombre y una nueva ilusión. Tony nos recuerda todo esto:

"Manolo Díaz tenía ese nombre pensado para un grupo desde hacía bastante tiempo. Cuando nos dijo lo de los BRAVOS nos pareció bien. De todas formas se abrieron todos los sobres que iban llegando a la emisora, no fuera a ser que hubiera una idea mejor: pero al final se optó por éste. Llegaron, de lodos formas, nombres muy ingeniosos que a mí me gustaron."

Se buscó a alguien que se prestara para aparecer como si hubiera sido el de la brillante idea. Y ante un público de quinceañeros que se habían tomado lo del grupo muy a pecho y como cosa suya se procedió al bautizo en una actuación "brillante" del "mejor conjunto de España, que vosotros, musicales, habéis sabido apoyar y animar para que alcancen un lugar entre los elegidos". Con toda esta arenga y en un ambiente triunfalista como era menester se procedió también a anunciar que "por primera vez en nuestra patria se va a grabar un disco en directo con los Bravos". Y a los tres días se ponía a la venta un disco single, en un record de velocidad, con 500 ejemplares de tirada, y que los musicales agotaron enseguida. Debo añadir algo que he notado al escuchar la grabación original en cinta de aquella actuación y es que no tiene nada que ver lo que en directo tocaron los Bravos con lo que salió en el disco. Pero eso no era lo importante ni lo que contaba. Lo importante era que el nombre del conjunto empezaba a ser conocido, y sonaba ya en España al menos en los ambientes profesionales.

El indiscutible triunfo y la repercusión que tuvo esta actuación de los Bravos hizo que el señor Milhaud recibiera una oferta de parte de un gran almacén de Madrid para que el grupo tocara al lado de los grandes de la época en el Palacio de Deportes presentando la moda de Primavera 66. Para atraer a la juventud pensaron en el festival de música Pop. A Alain Milhaud me lo imagino acariciando la idea con agrado:

"La sonorización se le había confiado a una empresa especializada que quería utilizar el mismo equipo para todos los conjuntos. Ahí libramos nuestra primera batalla para obtener que los Bravos utilizaran su propio equipo de sonido. Tuvimos que llegar hasta a amenazar con no actuar. Y era algo insólito que el manager de un grupo se enfrentara al Gigante del Comercio madrileño. Lo que se pretendía sólo era una cierta calidad de sonido. Otro problema era el orden de actuación ya que los Bravos querían ser los últimos. Los convencí de lo contrario basándome en algo que yo estimaba importantísimo: debido a que el tipo de música que hacían era tan fuerte lo interesante era que el grupo actuara inmediatamente antes que los Brincos que cerraban el festival. La diferencia de sonido entre unos y otros era tal que aquello podía significar la sentencia de muerte de los Brincos. Y así fue. Los Brincos ya no levantaron cabeza y confieso que fue algo absolutamente premeditado. El éxito de los Bravos fue enorme pidiendo más, y cuando empezó la actuación de los hasta entonces Nº 1 de España la gente ya comenzó a levantarse y marcharse. De un día para otro se había colocado a los Bravos como grupo puntero de la España de hace 12 años."

La casa discográfica Columbia era conservadora al máximo. Consideraba que todo lo que se saliera de lo convencional era arriesgado, que una guitarra eléctrica era una provocación, que era peligrosa socialmente. Pero al ver que sin hacer nada de nada, ya había demanda de discos, pensó en dejar a un lado los principios al ver la posibilidad de dinero fácil. Alain Milhaud tenía una estrecha amistad con Augusto Algueró (padre). A Algueró la idea de tener un grupo español a la altura internacional le gustó y convenció a Columbia.

GRABAR EN LONDRES

"Nos dejaron ir a Londres para hablar con los señores de DECCA que Columbia representaba en España. Nos marchamos Algueró, el director de la Columbia y yo. En la DECCA de Inglaterra, muy consevadores también, no se pronunciaron. Nos atendió Dick Rowe y nos mandó a que fuéramos a ver a un tal Phil Solomon. Si éste decía que sí, ésta aceptaba."

Dick Rowe fue precisamente quien cuatro años antes había rechazado las pruebas a cuatro muchachitos de Liverpool y supongo que se estaría arrepintiendo todavía y no tendría tiempo para otra cosa. Sigamos con el relato de Milhaud.

"Con el extended-play bajo el brazo fuimos a ver a Phil Solomon. Vivía en un barrio residencial y su despacho era un salón impresionante con unos 10 metros antes de llegar a la mesa. Allí sentados estuvimos esperándolo más de un cuarto de hora. Llegó, se sentó y nos preguntó que qué nos traía. Se lo explicamos todo, lo del Gran Musical, lo del festival y que considerábamos que el grupo con un cantante así podía resultar interesante de cara al éxito. Phil Solomon tenía en su despacho un Dual de maleta de aquellos que se vendían todavía pero que era bastante malucho. Nos pidió el disco y lo puso: 15 segundos de 'No sé mi nombre', y pasó al corte siguiente, y así en un minuto se había 'escuchado' todo el disco. En aquel mismo momento yo pensé que la sentencia de muerte estaba echada. Guardó el disco, nos ofreció unos habanos y nos dijo que aquello le interesaba y nos hizo una propuesta:
- Buscar repertorio.
Buscar un estudio en Inglaterra y grabar para tener el disco antes de verano.
- Y que él se encargase de la gira y promoción por G.B. y U.S.A.
Lo improvisó todo en unos minutos. Nos hallábamos en marzo del 66. Y nos parecía al salir de allí que aquello era increíble, y que había querido deshacerse de nosotros.

Llamaron por teléfono a Tomás Martín Blanco y se volvió a armar un jaleo increíble en el G.M.: "Gracias al apoyo masivo de vosotros musicales..."

A los quince días, más o menos, llegó a Madrid Ivor Raymond con unos 10 "demo", que eran unas placas que traían los temas a escoger por el grupo con vista a grabarlos. Entre las canciones que venían figuraba: "Black is Black", "Will you always love me?", "Trapped", "Come when I call", etc... Tras esta toma de contacto, Ivor Raymond volvió a Londres y los chicos a prepararse.

Y el día previsto, a finales de marzo estaban en Londres. Se había pensado en hacer dos temas españoles ("La parada del autobús" y "No sé mi nombre", las dos de Manolo Díaz) y dos temas ingleses, con vista a los singles que debían salir ("Black is Black" y el "Will you always love me").

A propósito de las sesiones de grabación Tony nos contó:
"La llegada al estudio fue increíble. Nosotros íbamos muy ilusionados y con nuestras guitarritas bajo el brazo y nos encontramos con que el estudio de la Decca estaba lleno de músicos de sesión de allí. Recuerdo a un tal Jim Sullivan que me impresionó y de quien aprendí muchísimo a la guitarra. Primero se grabó la sección rítmica con 4 pistas, todo para después grabar la voz. Todo en un tiempo record y quedaron grabadas las canciones enseguida. Por supuesto que los Bravos como instrumentistas nos llevamos un chasco enorme pues no tocamos ni una sola nota: la intervención de los Bravos se limitó a la voz de Mike y las voces en los coros de Miguel y mía."

A la vuelta a España, el G.M. había organizado su lío de siempre y el tinglado en el aeropuerto era tremendo. Sin duda ahí empezó la carrera de mentiras y no en balde Tony nos dice que estaba cortado: "Ambiente formidable, sonido de Inglaterra, sonamos a maravilla...". Y el triunfalismo de los que habían bautizado a los Bravos era desbordante. Pero ahí no iba a pararse la cosa y todos tenían su parte de culpa.

Aquí en España sale antes del verano un single: "La parada del autobús"/"Will you always love me?". Todo iba saliendo como estaba previsto en el país, pero estaba por ver si las previsiones de Phil Solomon se cumplirían. Y los Bravos para mantenerse se fueron a Mallorca a tocar aquel verano con la mirada puesta en otras islas.

Lo que pasaba en las islas desde hacía tres años era tan impresionante que no lo podemos contar así de pronto, pero lo que sí hay que decir es lo que ocurría radiofónicamente en el Reino. La BBC era la RADIO con todo lo oficial y aséptica que le era posible. Ante esto y el desfase existente entre la BBC y la música beat, pop o como la queráis llamar, habían surgido unas emisoras al margen, llamadas piratas, y que en el primer semestre del año 1966 lo controlaban todo: Radio London, Radio City, Radio Caroline estaban en su apogeo. Y Phil Solomon era el amo y señor en Radio Caroline.

BLACK IS BLACK

Así que a finales de junio se pone a la venta Black is Black. Empieza a oírse también en Radio Luxembourg, y al poco tiempo se oye en todas partes. Nadie sabía quienes eran los Bravos y ni siquiera se imaginaban que llegaban de España. Pero el single subía en las listas, que al fin y al cabo era el termómetro de la buena salud de un artista. Los Bravos, mientras, estaban en Mallorca racaneando 1.000 pesetillas cada vez que subía el disco un poquito.

Hasta que son llamados para hacer un viaje de promoción. Se hace un cocktail de presentación en la Decca, hacen visitas a las emisoras de radio y actúan en el "Top of the Pops" (programa sólo accesible a los que han alcanzado el Top Ten). Allí ocurrieron cosas que nos contó Milhaud:
"Ya en la BBC, Mike no quería actuar, decía que aquello era una porquería, que esa gente no entendía de música ni de nada, para después dar el numerito con el micro, para después darlo con la luz, etc... Todo para retrasar el momento de actuar. Tenía una inseguridad enorme. En Estambul, mucho más tarde, cuando se desmayó, empezó a decir que si era que estaba malo del corazón y ya no quería levantarse de la cama. En realidad lo que le había ocurrido en Estambul había sido que un whisky, que si un poco de marijuana que le ofreció un taxista, y que si unos estimulantes, y todo junto, hizo el resto. Pero al final actuaba deprisa y corriendo."

El resultado fue rentable de todas formas, pues el "Black is Black" llegó al número 2 de las listas y no paró de oírse durante todo el verano, con la proyección que eso tenía de cara a Europa y a los Estados Unidos.

En Inglaterra se lanza el "I don't care", que sólo alcanza el número 16 y ya los Bravos no lograrían ningún otro gran éxito en las listas inglesas. Pero antes de que esto ocurriera habían de ir a los USA.

"También en los USA la canción Black is Black se clasificó número 2 y 3 en el 'Cash Box' y en el 'Billboard' y se vendieron unos 750.000 discos. Y como se debía, se organizó una gira. Pero la gira fue un auténtico desastre. Las razones están claras: como músicos no eran nada del otro mundo, pero si además añades que no ensayaban, ¡tú me dirás! Se acostaban a las 5 o a las 6. Por la tarde, promoción, y después a actuar. Además la televisión, y en definitiva, que no trabajaban su música para nada y no progresaban. Por otro lado, eran muy informales y siempre llegaban tarde. Recuerdo -me contaba Milhaud- que Mike se negó a ponerse las vacunas que le exigían para entrar en América, que a él, Mike, no le obligaba nadie a vacunarse. Al final, cuando vio que no tenía más remedio se vacunó, pero no se pudo reunir con el resto del grupo donde se habían citado porque se perdió en el aeropuerto, y qué sé yo más. En un país como los Estados Unidos era inimaginable y te aseguro que, por donde pasaron los Bravos, les ponían una cruz encima. Ellos solos se labraron esa reputación que más tarde les costó tan cara. Y llegó un día en que se decidió que para los Bravos la gira había terminado y los mandaron para casa sin cobrar ni un céntimo."

La promoción se hacía a base de sombreros cordobeses y buen humor. La aventura de estos días fue algo muy rápido y que ni ellos mismos pueden recordar ahora. Pero sí está claro, es que si empezaban una gira cerrando el cartel, si la acababan, era cerrando la primera parte. Y que ocurrían más cosas en el seno del grupo.

Porque lanzado desde Londres "Black is Black" dio la vuelta al mundo y se clasificó nº 1 en ventas en muchos países y ahí están las listas que lo demuestran. Demuestran eso y que los Bravos no volvieron a hacer nada tan grande. Pero ¿fueron ellos?

Vuelven a España donde aquel otoño y aquel invierno se oyó con campanas al vuelo el "Black is Black". Y el single siguiente "La Moto" también se oyó muchísimo. Era una composición de Manolo Díaz que tenían grabada Los Pasos también, aunque personalmente me quedo con la de los Bravos, con el aliciente de saber que es la única canción, de las que grabaron en Londres, en la que realmente son ellos los que tocan.

Después de haber actuado en el Olympia de París, en un Musicorama, en muchos sitios de los grandes, lo primero que se pensó era que había que prepararles una velada a lo grande y en un sitio de prestigio. En el Teatro Real de Madrid era imposible porque estaba cerrado.

El mejor sin duda era la Zarzuela. Se hizo a lo grande: una orquesta, en el foso, de 40 músicos, motos que con sus motores empezaban la función, neumáticos por todas partes, cosas colgando de cualquier sitio, y un Mike, agarrado a una cuerda invisible, baja al escenario del cielo. Todo un show para recibir a los héroes. Y el precio era irrisorio y subvencionado por el Gran Musical: 25 pelas. El equipo de sonido era gratis gracias a un arreglo con los de una casa especializada que les proporcionaban todo a cambio de la publicidad que era que los Bravos tocaran con su equipo: negocio redondo.

EL SUICIDIO DE MANOLO

Así siguieron las cosas durante mucho tiempo. Sacaran lo que sacaran, todo tenía éxito. Unos más y otros menos. Hasta que llegó lo peor que le pudo ocurrir al grupo: la pérdida de Manolo Fernández.

"Estábamos todos reunidos en Mallorca ya que se casaba Miguel. Manolo y Lo se habían casado apenas un mes antes. Aprovechando el estar todos juntos, nos habíamos citado, para hacer un planning de cara al futuro. Pero aquel día de madrugada me llama Manolo al hotel y me repite varias veces: 'He matado a Lo.' Salí inmediatamente para reunirme con él. Me lo encontré solo en un cuarto del hospital con su mujer tapada con una sábana, me la mostró, y me repitió: 'He matado a Lo.' Después, con tranquilidad, me explicó como en una curva se había encontrado con un autocar, y el Triumph que llevaba volcó clavándosele a Lo una de las barras del techo descapotable. Ya me propuso que le ayudara a suicidarse. Manolo fue internado en una clínica para hacer una cura de sueño durante 7 días."

Milhaud sigue contándonos cómo Manolo siguió las actuaciones al salir de la clínica y cómo parecía que lo tenía todo superado. Hasta que un día apareció muerto en su cuarto, se había suicidado con una escopeta de cacería. Le preguntamos a Tony que le conocía desde los viejos tiempos de Sonor:
"- ¿Manolo? El cabrón era un genio. Tenía mucha visión de futuro. Cuando se hartó de tocar por todos sitios con pianos desafinados, quiso un órgano, cuando nadie lo usaba, y nos convenció de que sonaba fabuloso. Después se hartó y se compró un piano eléctrico, ya con los Bravos adelantándose otra vez. Y como compañero era estupendo. Guardo un gran recuerdo de él."

LAS PELÍCULAS

Los Bravos se habían convertido en España en el conjunto n° 1 de música Pop. Con el respaldo de una campaña muy bien montada desde el principio, el de una emisora de radio importante, unos montajes como el de su presentación oficial en la Zarzuela y su triunfo internacional, no podía, el público a quien se dirigían, hace más de 10 años, negarles nada, ni regatearles su apoyo. Así, se pensó en la posibilidad de rodar una película a imagen y semejanza de los grandes. Su rentabilidad era segura.

"Los chicos con las chicas" fue la primera. Fue un gran éxito de taquilla y que, si bien no podemos decir que fuera una película de grandes pretensiones, los Bravos se lo pasaron muy bien haciéndola, además ofrecía al público lo que éste esperaba. Pero durante el rodaje los productores se volvieron locos con la "formalidad y profesionalidad" del grupo y tomaron sus precauciones para la segunda.

"Dame un poquito de amor", la segunda de ellas, y la última, fue aburridísima de rodar. Tony nos decía que en ésta los trataron de convertir en unos actores que no eran. Con un guión muy rígido.

"En la primera yo decía mis chorradas y no me veía en plan de actor. En la segunda no querían que las tonterías que salieran de mi boca fueran mías. De mi guión en los "Chicos con las chicas" cambié más de un 60%."
Mike durante el rodaje de la segunda estuvo viviendo en familia en casa del señor Milhaud. Se pensó que así estaría más descansado y tranquilo. Habían amenazado con suspender el rodaje a la primera que hicieran Mike y los suyos, y era cuestión de portarse bien. Al final de ésta, cuando quedaban por rodar algunas escenas se suicidó Manolo y hubo que acabarla con un doble y tomándolo de espalda.

Por este motivo no se llegó a rodar la tercera. Porque en el contrato con la productora había una cláusula que el propio Milhaud había hecho poner y que decía que en caso de separación voluntaria de uno de los miembros del grupo, el contrato quedaba rescindido. Fue objeto de pleito que perdieron los Bravos por considerarse que el suicidio es un acto voluntario de separación. Se había llegado a hablar con Summers para la dirección de la película y hasta se tomaron pruebas. Las fotos de las medallas del single "Just holding on" eran estas pruebas, y ésto les costó una multa: una denuncia del Ejército por uso indebido de las medallas.

Y aquí empieza el declive definitivo de los Bravos. Había que sustituir a Manolo para cumplir con los compromisos contraídos. Y se recurre a un chico joven, británico, que venía actuando con Arthur Brown y su Crazy World y se trataba de Peter Solley. Muy buen organista y que aceptó todo un juego publicitario y que más tarde se marchó alegando que los Bravos eran muy malos y que estaba harto. Lo del juego publicitario va por la que armó Alain Milhaud encapuchando a Peter y desafiando a la prensa a que adivinara su identidad. Esa misma prensa que había hecho fotonovela, novela, drama, y tragedias de la muerte de Manolo, lo había calificado de Romeo del siglo XX, no quería participar en un juego tan "morboso". Y Milhaud se equivocó y lo reconoce. En su tierra, Salut les Copains hubiera sacado 7 fotos a todo color del ídolo perdido, y después hubiera averiguado, o tratado al menos, la identidad del nuevo, y le hubiera publicado otras 7 fotos a todo color y en exclusiva. Aquí en España, no se le hizo el juego a Milhaud, y lo que podía haber sido una arma publicitaria a favor se volvió en contra y se llegó a decir que el encapuchado era Manolo y que el entierro había formado parte del show. Total un fracaso. Peter volvió al poco tiempo a su tierra y aquí no ha pasado nada. Le sustituye en el grupo Jesús Gluck. Considerado por muchos como el mejor hombre en los teclados de España. Como músico dejó compuestas varias canciones para el grupo, cosa a la que no nos tenían acostumbrados.

Pero el grupo ya no levantaría cabeza hasta mucho más tarde. Se hacen unos singles desgraciados, con unos arreglos sofisticados, fríos, y ya nos encontramos lejos de aquel Rock que hizo de los Bravos lo que fueron. Por lo que el mismo Alain Milhaud se había fijado en ellos. Se recurre a los arreglos de Jean Bouchety que metía violines que molestaban a cualquier rocker. Si por lo menos lo hubiera hecho tan bien como lo había hecho con Michel Polnareff.

En estas condiciones se siguió hasta principios del 69. Se había cumplido el contrato de tres años que les unía unos a otros y está claro deducir que, como el grupo estaba en decadencia y no se le veía salida, se pensó en que lo mejor era independizar a Mike, con el fin de dar una nueva imagen, y que los beneficios se dividirían entre menos personas. Así nos encontramos con la separación de Mike (a partir de ahora Kennedy) y Alain Milhaud del resto del grupo.

Para continuar la imagen de chico esbelto, rubio y apuesto los Bravos contratan los servicios de un joven compositor inglés llamado Bob Wright.

"Fue una gran equivocación por nuestra parte, porque no nos preocupamos de saber si cantaba o no."

EL HERMANO DE JON ANDERSON CON LOS BRAVOS

Tras unos seis meses de ensayos con el nuevo cantante, empiezan las actuaciones respaldados por un trío de metal que habían cogido. Tony, que se había quedado como jefe de fila y cabeza visible del grupo, nos contaba de cómo se les ahogaba, que ni gorda, ni cantaba ni nada. Así que en un viaje a Inglaterra le aconsejan que se quede por allí.

"- ¿Cómo llegó Andy?
- Pues en Inglaterra fuimos a ver a Yes, al Marquee. Con Jon estuvimos hablando y le explicamos lo que ocurría. Nos dijo que su hermano que estaba en Manchester quizá estuviera interesado y nos fuimos a verlo. Le presentamos repertorio, discos y material para grabar; le gustó la idea y nos vinimos para acá."

Anthony Anderson, al que apodan Andy para no confundirlo con Tony, encaja muy bien en el grupo. Empiezan a trabajar juntos y con las ideas del chico hasta se lanzan a componer.

En el año 1970 se presentan a Barbarella 70 y allí es donde obtienen el primer premio con "People talking around"; al lado de ellos actúa Focus, en el mismo festival, pero éstos fueron descalificados por sobrepasar el tiempo límite que los dirigentes tenían estipulado...

Creo que era el tipo de cantante que, aunque menos espectacular que Mike, le hubiera hecho falta a los Bravos desde un principio. Trabajó, y estuvo en su sitio todo el tiempo sin salirse de madre en ningún momento ni dar la nota. Así duraron los Bravos hasta que decidieron, unos irse a vivir a Mallorca e instalarse allí definitivamente para lanzar desde allí cosas como Bravos y otros prefirieron retirarse a vivir de las rentas (Pablo y Tony, que aceptó el retiro momentáneo del grupo).

Pero el gusanillo es terrible y Tony quiere volver. Forma un grupo donde está él solo como miembro original y hace unos "discos discotequeros" y negroides que nada tienen que ver con Bravos.

En 1976 trata de reformar los Bravos originales con Mike, pero los otros no se lo toman en serio hasta el final, cuando ya es demasiado tarde para que se unan al grupo. Y Mike Kennedy y los Bravos sacan un disco sin pena ni gloria.

Sin duda hubo muchas causas que provocaron la desaparición de los Bravos. Una de las principales es la poca preparación que tenía el grupo en el momento en que le vino el éxito de "Black is Black". Los ensayos del grupo eran difíciles por su ya traída y llevada informalidad. No había manera de que estuvieran nunca a una misma hora y al final ensayaban, en lugar de una mañana entera, sólo un ratito como aperitivo para la comida.

Otra razón estribaba en los líos que se armaban entre ellos mismos: antes de una actuación en el viaje de ida, Pablo y Manolo experimentaban un placer enorme, según parece, en pinchar, como niños, a Mike, que cogía su debido cabreo, y cuando llegaba al sitio para actuar salía con que él no cantaba con aquellos señores. Con todas las tensiones que esto traía.

La razón principal fue, a mi juicio, que los Bravos nunca existieron tal como los teenagers de los 60 nos los imaginamos. Fueron un producto más que los adultos, los que mencionaba al principio y que temían la revolución rock hasta que la asimilaron, la dominaron y nos la vendieron, repito, los adultos prefabricaron a la chiquería "revolucionaria", para que consumiera, bailoteara y pasara un verano feliz. Eran cinco ilusionados que se dejaron envolver y que, que...

¿A que es mejor no enterarse de estas cosas? Yo hubiera preferido quedarme con el recuerdo de aquel verano en la playa y aquella chiquita... "Black is Black, I want my baby back..."

Alberto Vila - Vibraciones nº41, febrero 1978