"No hago cine para hacer películas, sino para conocer mejor al hombre"
Cuando se habla de Pasolini se puede hablar tanto de su trabajo como director de cine, su obra como poeta, su labor como ensayista, de sus novelas, de sus obras de teatro e incluso de su faceta pictórica. Con todo esto, y sin olvidar el peso que siempre tuvieron sus ideales políticos en todo lo que hacía, es fácil entender que Pasolini sea una de las personalidades artísticas más importantes (y fascinantes) no solo de Italia, sino de todo el mundo.
Siempre polémico, la prensa italiana se basó en su homosexualidad para reducirlo a personaje anormal, exhibicionista y peligroso al que no convenía tomarse en serio, para así convertir su obra en el producto de una subjetividad malsana y enferma.
Hacen falta más de unas cuantas líneas para conseguir entender todo lo que Pasolini fue, pensó, hizo y creó, pero quizá sí que sirvan estas pocas líneas para motivar cierta curiosidad y poder sumergirse al fondo de este hombre tan especial.
Pier Paolo Pasolini nace en Bologna el 5 de marzo de 1922 en una familia representante, tal como decía él, de la sociedad italiana: su padre, teniente del ejército provenía de una familia noble, y su madre de una familia de campesinos de la región italiana del Friuli, donde pasará gran parte de su infancia.
A la edad de 6 años empieza a escribir poesía y a dibujar. Con 17 años vuelve a Bolognia y empieza en la universidad colaborando ya con revistas y periódicos. En este momento empiezan a dibujarse las ideas políticas de Pasolini, ahora muy marcadas por el antifascismo.
Reclutado para la segunda guerra mundial es capturado por los alemanes y consigue escapar para volver a la casa familiar.
En 1945 se establece definitivamente en Friuli y empieza a trabajar como profesor de escuela. Dos años más tarde empieza su militancia política adhiriéndose al Partido Comunista Italiano. Poco después es acusado de corrupción a menores por lo que es expulsado del partido y pierde su trabajo. Sin más opciones decide irse de Friuli, que tan presente estará siempre, y se va junto con su madre a Roma.
Los primeros años en Roma son difíciles. Sin trabajo y sin saber cómo sobrevivir no abandona su obra escrita. Consigue publicar la novela "Ragazzi di vita" el cual también le traerá problemas judiciales.
En 1957 empieza su relación con el cine colaborando en el guión de "Las noches de Cabiria" de Fellini.
Pasolini aún cuando inició su trabajo en el cine, nunca dejó de escribir. De hecho, al hacer cine realmente estaba haciendo lo mismo que había estado haciendo hasta entonces con sus obras escritas, simplemente cambió de medio. Siempre fue considerado un escritor que hacía cine.
Se decidió a hacer cine para asumir de forma completa la autoría de sus guiones. Quería asumir la plena responsabilidad. Con el fin de eliminar toda interferencia entre sus proyectos y el resultado final fue siempre coordinador, cabeza y artesano en todas y cada una de las fases de sus películas.
Su principal preocupación fue siempre contar, expresar sus ideas, su visión del mundo, dejando en un segundo lugar (que no olvidada, ni mucho menos) la técnica cinematográfica. Para Pasolini tanto la literatura como el cine tenían algo en común. Así, no es de extrañar que haya algo en él que se repite tanto en sus versos como en sus encuadres.
En 1961 realiza su primera película, "Accattone", retrato de los suburbios y de la pobreza donde un personaje incapaz de trabajar hace prostituirse a su mujer para poder comer, que creó mucha polémica en la Mostra de Venecia.
Después de esta película vinieron "Mamma Roma" (1962) y "La Ricotta" (1963) (fragmento dentro de una película que surge de la colaboración de varios directores). Estas películas están ambientadas en un mundo de pobreza, el mundo del subproletariado romano que tanto le interesó.
Fue acusado y duramente criticado por la forma en que trataba la religión en sus películas. El PC, al que perteneció, también se puso en su contra, debido a que su visión era demasiado negativa y por el hecho de prestar atención al subproletariado, sin ninguna importancia para ellos, y no al mundo proletario.
En "La Rabbia" (1963) abordaba el tema de la guerra y denunciaba algunos acontecimientos recientes. En 1963 - 1964, "Comizi d'amore".
Continuará prestando atención a este mundo subproletario en sus siguientes películas como "El evangelio según San Mateo" (1964) donde retrata a un Cristo rabioso, humano, que surge del subproletariado. Su siguiente película "Uccellacci e uccellini" (1965) una fábula cargada de ideología política donde se habla de la muerte del marxismo. En 1967, "Edipo rey", basada en la obra de Sófocles.
La siguiente fue "Teorema" (1968) donde retrata de forma genial cómo una familia burguesa descubre el engaño en el que viven y entra en crisis.
En esta época Pasolini se centrará mucho más en la burguesía que en el subproletariado. Tomó una postura muy personal durante el mayo del '68. Se desmarcó del resto de intelectuales al opinar que no se debía apoyar a los estudiantes. Ellos eran los hijos de los burgueses, en cambio, la policía eran los verdaderos hijos del proletariado y eran ellos los verdaderos héroes.
En "Porcile" (1968 - 69) crea una metáfora sobre el viejo y el nuevo poder, sobre la desobediencia contada en dos historias diferentes. En 1970 vino la segunda película de inspiración clásica, "Medea", aunque dándole su propia y tan personal, vuelta a la historia. Del 70 al 74 realiza la Trilogía de la vida compuesta por "El Decamerón", "Los cuentos de Canterbury" y "Las mil y una noches". Con estas tres películas intentó hacer un cine más "comercial", dejando de lado sus ideales más políticos o de clases para centrarse en temas más triviales. Aún así trata las historias y hace cine de tal forma que a simple vista se ve que siguen siendo obras suyas al cien por cien.
En 1975 hace su última película, "Saló o los 120 días de Sodoma". La película basada en la obra de Sade es el marco perfecto para trasladar sus batallas contra el nuevo poder. Es toda una metáfora del poder, del poder fascista y cómo éste maltrata, anula y destruye al individuo. "Saló" es la puesta en escena del genocidio cultural y físico de un mundo perpetrado por el poder. Es la historia de cómo el poder reduce a las personas a objetos, cómo las despojan de su identidad lo cual ya es una muerte.
Durante el rodaje tanto el director como los actores fueron amenazados de muerte, tuvieron que trabajar protegidos por la policía. Poco antes de terminar la película Pasolini fue asesinado. Aunque se siga manteniendo oficialmente, cada vez más a duras penas, que lo mató un joven sin más, no se puede olvidar que Pasolini siempre fue un intelectual que fue a contracorriente, decía y hacía lo que pensaba, defendió sus ideales y eso molestó a mucha gente poderosa.
"Saló" es muchas cosas y también es una de las mejores películas del director. No es una película fácil de ver, en absoluto, pero es una película que todo el mundo debería ver una vez en su vida, cuando esté preparado.
Siempre fuera de cualquier sistema Pasolini mantuvo sus ideas hasta el último día y quizás la forma en que murió, tan triste e injusta, al menos sirvió para dar aún más fuerza y significado a toda su obra. Por desgracia, nos quedamos sin averiguar qué más podría haber hecho.
Laura Agea Zafón